Con motivo del nombramiento del sacerdote José Mª Gil Tamayo como secretario general de la Conferencia Episcopal Española, cargo en el que sucede a Mons. Martínez Camino, recuperamos la entrevista que realizamos con motivo de su trabajo en la Sala Stampa del Vaticano en el último periodo de Sede Vacante.
ENTREVISTA REALIZADA CON MOTIVO DEL PROCESO DE ELECCIÓN DEL PAPA FRANCISCO
–Más de 5.000 periodistas acreditados provenientes de 65 países, una cifra similar a la de la cobertura de los últimos Juegos Olímpicos de Londres. La Iglesia interesa.
–La Iglesia despierta interés porque es de Dios y llega al corazón de la gente. La Iglesia se ha levantado como «experta en humanidad» y es el baluarte donde tantos millones de hombres y mujeres pueden ver reflejada la defensa de su dignidad. Los efectos de una sociedad cada vez más secularizada, que ha quitado a Dios de en medio, los paga al final el hombre en sus derechos y dignidad. La Iglesia se ha hecho valedora de la causa del hombre, que sólo se entiende desde Dios.
–Aunque muchos medios busquen sólo el dato curioso, la exclusiva o el morbo, ¿hay oportunidad de anunciar el Evangelio?
–Yo creo que sí. No es sólo una oportunidad sino un mandato de Jesucristo «id y anunciad a todas las gentes». El papa Pablo VI decía que la evangelización es la razón de ser de la Iglesia. Benedicto XVI nos recordaba en su despedida de esa multitud en la audiencia de los miércoles la realidad de la Iglesia. La Iglesia es algo vivo. A veces algunos se fijan sólo en las cosas mínimas pero las engrosan y parece que estamos en una patología permanente. La Iglesia no está en situación de decir: «apaga y vámonos y el último que cierre la puerta», como algunos pretenden hacer ver. Eso no es así, esto está vivo. Y esa gran esperanza se ve sobre todo en momentos como este, cuando la Iglesia se hace presente como centro de referencia de todo el mundo no sólo por el interés de los medios sino por el interés del público.
–¿Es importante el trato personal con los profesionales de la comunicación?
–Te percatas de que muchos comunicadores no tienen mala fe, sino falta de sentido religioso o desconocimiento de las realidades religiosas. Esto no es por maldad, sino por dejadez o por falta de formación. A veces tenemos que explicar cosas muy elementales que hace unos años eran de sentido común o del saber de cualquier comunicador. El Papa emérito elogió la labor de los comunicadores en su última audiencia. Quizá sea al único grupo profesional a quien ha dado las gracias especialmente por haberle acompañado durante los ocho años de su ministerio haciendo cercanas a la gente sus palabras y sus acciones. Nuestra labor desde la Sala Stampa se lleva a cabo explicando mucho las cosas. Hay que tener mucha paciencia y un gran sentido de acogida que redunda en una mejor percepción de la Iglesia por parte de la opinión pública.
–La Iglesia romana es líder en la utilización de la tecnología para la comunicación, desde las primitivas señales de humo con las que se anuncia el resultado de las votaciones papales hasta el modernísimo Twitter.
–El Evangelio es comunicación y la Iglesia se ha servido de todos los medios que ha tenido a su alcance. Y ahora, estar a la última, es estar en Twitter.
–Y cuando acabe todo el revuelo mediático, ¿qué?
–La Iglesia sigue. Esto es lo grande. No hay ningún trauma porque la Iglesia es de Dios y está en manos del Espíritu Santo. A veces, en los momentos de dificultad podemos pensar que el Señor se nos ha quedado dormido en la barca pero Dios sigue con la Iglesia y el futuro es de Dios.
