Isaías tuvo el difícil papel de guiar a un pueblo duro de corazón durante los reinados en Judá de Ozías, Jotam, Ajaz y Ezequías (siglos VIII y VII a.C).
El libro que lleva su nombre en la Biblia agrupa su obra y la de sus discípulos a lo largo de varios siglos, profetizando la venida del Mesías que liberará a su pueblo, anunciando su nacimiento de una virgen así como sus obras y hasta su pasión y muerte.
Según la tradición, murió mártir a manos del rey Manasés, que no quiso atenerse a los preceptos de sus oráculos.
Profecía de Isaías
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos y a los prisioneros la libertad, para proclamar el año de gracia del Señor. Desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como novio que se pone la corona o novia que se adorna con sus joyas. Como el suelo echa sus brotes, como un jardín hace brotar sus semillas, así el Señor hará brotar la justicia y los himnos ante todos los pueblos.
