«Herrera Oria amó Málaga «con fe de enamorado»»

Diócesis de Málaga
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La diócesis de Málaga es una sede episcopal dependiente de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la Catedral de la Encarnación de Málaga.

Pablo Sánchez Garrido (Málaga, 1976) es el secretario nacional para las Causas de Canonización de la Asociación Católica de Propagandistas, entre las que se encuentra la de D. Ángel Herrera Oria, de cuyo fallecimiento se cumplen ahora cincuenta años.

¿Veremos a D. Ángel Herrera, santo? ¿Qué motivos hay para creerlo?

No creo que sea arriesgado adelantar que, Dios mediante, veremos al que fue obispo de Málaga y cardenal en los altares. La propia fama de santidad que se mantiene en la diócesis de la que fue obispo es un claro indicio de ello. Este pueblo “suyo” respondió siempre al amor que él le prodigaba, especialmente a los más necesitados. Si su multitudinario entierro se celebró en la capital malagueña fue por su expresa voluntad, ya que aunque el Siervo de Dios era santanderino tenía una visión esponsal de su episcopado, lo que le llevó a amar a su diócesis «con fe de enamorado», según afirmó Mons. Benavent en su funeral. Por otro lado, hay varios milagros que están preparándose para su estudio, entre ellos el de una de sus “maestras rurales” curada de una ceguera total provocada por un ictus de un modo completo y súbito.

¿En qué punto se encuentra la Causa?

La Causa concluyó su fase diocesana el 14 de diciembre de 2010. Desde entonces está en fase romana. Uno de los requisitos fundamentales de este proceso en Roma es la presentación de la llamada “positio” sobre vida y virtudes de Siervo de Dios, que es como la elaboración de una gran tesis doctoral, un documento muy complejo y amplio, que en el caso de Ángel Herrera se complica aún más por lo dilatado de su biografía y de sus escritos: 9 volúmenes en la BAC. Pero esta positio ya se ha presentado y está ahora en manos del Relator, que tendrá que aprobarla y pasarla al Consejo de Teólogos. Una vez concluyan las aprobaciones en la Congregación de la Santa Sede para la Causa de los Santos, el Papa aprobará el decreto de “virtudes heroicas”, con lo cual el “Siervo de Dios” pasará a ser denominado “Venerable”. Los pasos posteriores son la beatificación y la canonización para lo cual es necesario la aprobación de dos milagros aprobados tras un riguroso proceso canónico analizado por peritos médicos y científicos.

Son muchas las instituciones que mantienen viva la huella de D. Ángel. ¿Quién la promueve? ¿Hay alguna colaboración de la Diócesis de Málaga?

La causa fue promovida por el Obispado de Málaga, así como por la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), asociación de fieles cofundada por él en 1909; la Fundación San Pablo CEU (también creada por él su matriz en 1933) y por su última gran obra: la Fundación Pablo VI. Estas conformaron una comisión promotora que se personó como parte actora conjunta de su Causa de Beatificación el 25 de enero de 1996. Durante los primeros años de la causa la Fundación Pablo VI ejerció un fuerte impulso en colaboración con la ACdP. Una vez que la Causa pasó a fase romana y que se creó el Secretariado Nacional de Causas de la ACdP en 2008, este pasó a tener un papel de enlace con Roma y de coordinación en España, hasta la actualidad. La colaboración con la diócesis de Málaga se realiza sobre todo a partir de iniciativas que se han realizado con el obispado de Málaga, con el centro de la ACdP, la Fundación Victoria. Animo desde aquí a que se impulsen nuevas iniciativas, como exposiciones, conferencias, encuentros, etc.

¿Cuáles han sido los hitos del proceso hasta hoy?

El 25 de enero de 1996, el Cardenal Arzobispo de Madrid, monseñor Antonio María Rouco Varela, firmó la «introducción» de la Causa Canonización. El 20 de noviembre de ese mismo año se celebró la apertura oficial y pública. Una vez abierta la Causa en la Archidiócesis de Madrid, por ser allí donde murió el Siervo de Dios, y tras recibir el reglamentario «nihil obstat» de Roma y declararse “Siervo de Dios”, se dio paso a los exigentes procedimientos que la Santa Sede tiene establecidos para desarrollar la fase diocesana. En esta primera fase, una comisión histórica formada por cuatro peritos especialistas en labores históricas tuvo que elaborar un detallado informe histórico-biográfico centrado en las virtudes y obra del Siervo de Dios. Las figuras del juez, promotor de justicia, notario y postulador siguieron los diversos pasos jurídicos que constituyen una especie de tribunal de justicia donde se estudia la vida del Siervo de Dios y se recogen las pruebas testificales por parte de quienes le conocieron. Dos censores teólogos analizaron los escritos del cardenal Herrera y elaboraron un informe sobre su espiritualidad. Otra figura importante en la instrucción de la Causa fue la del «postulador», una especie de procurador que media entre la parte actora y las respectivas autoridades diocesanas o romanas. Al concluirse la voluminosa instrucción diocesana de la Causa, el presidente de la Conferencia Episcopal Española y cardenal-arzobispo de Madrid, monseñor Antonio Mª Rouco Varela, presidió el 14 de diciembre de 2010 el acto solemne de clausura de la fase diocesana en el Aula Magna de la Universidad CEU San Pablo y su envío a Roma. Para que concluyera totalmente la instrucción diocesana aún había que esperar que llegara el decreto con el que la Santa Sede tenía que otorgar “validez jurídica”, que llegó en julio de 2012. Esto daba luz verde a la fase romana. Para esta nueva etapa hubo que designar a un «postulador romano» , en este caso Silvia Correale, y al Relator romano de la Causa –una figura jurídica muy importante para su avance posterior– que recayó en la persona del padre benedictino Alfredo Simón OSB, recientemente sustituido por el P. Brosel, que está estudiando la positio elaborada por la postuladora romana y los colaboradores, entre ellos quien suscribe. Posiblemente, hacia finales del verano se de curso a la positio para su evaluación por la Comisión de Teólogos.

En su última exhortación apostólica, el Papa nos invita a buscar la santidad, siguiendo la senda de tantos hombres y mujeres a lo largo de la historia. ¿Qué mensaje tiene que aportar una persona como D. Ángel Herrera Oria al hombre y la mujer?

Creo que la vida de Ángel Herrera tiene muchísimo que aportar a personas muy distintas. De hecho cuando uno lee su biografía parece que ha leído la biografía de varias personas a la vez, es como una “bilocación biográfica” si se me permite la expresión. Fue laico durante una buena parte de su vida ya que aunque tenía vocación sacerdotal diversos obispos le pedían que siguiera como laico al frente de la Acción Católica ya que su labor se consideraba insustituible. De hecho tuvo que recurrir al papa Pío XI para “obligar” a estos obispos a que le dejaran seguir su vocación sacerdotal pues le apreciaban mucho. Como laico, fue un activo estudiante de Filosofía y Derecho en Deusto, organizador de asociaciones católicas, como abogado del Estado tuvo una efímera actividad a la que pronto sucedió su labor como creador y director del diario católico más influyente de su época: El Debate. Asimismo, creó con el padre Ayala la Asociación Católica de Propagandistas, que tanta influencia tuvo en la sociedad hasta hoy día. Igualmente creó la Universidad del CEU, el Instituto Social Obrero, los Cursos de Verano de Santander, la BAC, etc. Como sacerdote en Santander creó una Escuela Sacerdotal de gran impacto y formó jóvenes que tendrían una gran trascendencia pública posteriormente. Como obispo de Málaga, su labor en el campo social y espiritual fue inmensa, así como en la modernización de la diócesis. Sus famosas escuelas rurales redujeron el analfabetismo de la provincia malagueña la mitad, las barriadas obreras y de pescadores y un largo etcétera. A la mujer la apreciaba muchísimo, de hecho en sus mítines de juventud allá por 1909 ya se le oía pedir el voto femenino cuando la izquierda no lo reclamaba y en Málaga confió mucho en sus “maestras rurales”. Pero creo que su aportación para el hombre y la mujer de hoy es la necesidad de llevar la fe a la vida pública, acercarlo a la sociedad, al pueblo, a través de todos los medios posibles, por supuesto sin olvidar los más modernos. No me cabe duda de que hubiera empleado los modernos medios tecnológicos de un modo puntero y vanguardistas. Como alguien dijo: necesitamos un nuevo Ángel Herrera para transmitir el evangelio en nuestra sociedad de la información. Por otro lado, era un apasionado de la justicia social y del compromiso social con los más necesitados. Creo que también hace falta otro Ángel Herrera para encarnar un nuevo “catolicismo social” en una sociedad tan aburguesada e individualista como la nuestra.

 

Ana María Medina

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