«¡Cuánta juventud perdida (…) porque les negaron la libertad y les arrinconaron hacia la muerte! No tengamos miedo a llamar masacre a estas cosas», con estas palabras se ha referido el papa Francisco a la tragedia acaecida ahora hace dos años en la valla fronteriza Melilla-Nador en la que, según las organizaciones que trabajan en la zona, fallecieron alrededor de 40 personas en su intento de alcanzar territorio español.
En el vídeo que se ha hecho público tras el encuentro que mantuvo el Pontífice en la residencia de Santa Marta con representantes de distintas organizaciones de defensa de los derechos humanos, Francisco ha pedido no tener miedo «a llamar masacre a estas cosas».
El 24 de junio de 20222, la Diócesis de Málaga, a través de la Delegación Diocesana de Migraciones, expresó en un comunicado su consternación por tan doloroso suceso a la vez que exigió a las autoridades «no eludir su responsabilidad ante estos hechos» pues «muchas de estas personas vienen huyendo de la guerra, de persecuciones y conflictos» y afirmó que «la falta de vías seguras para solicitar asilo han ocasionado estas muertes, los heridos y la alarma social».