El Obispo de Málaga, Mons. Catalá, reflexionó sobre el sentido de la Cuaresma en la homilía pronunciada en la Catedral durante la Eucaristía que tuvo lugar este Miércoles de Ceniza. En su alocución, afirmó que el Señor «nos invita a vivir una Cuaresma de caridad, para cuidar a quienes sufren, están abandonados, angustiados, exiliados, menospreciados. Nuestra caridad puede renovar la fe y la confianza del otro y hacer que vuelva a sentirse amado por Dios como un hijo».
«La Cuaresma –continuó el prelado– es un camino de oración, de conversión, de penitencia y una llamada a compartir nuestros bienes con los más necesitados. La fe en Cristo nos da esperanza y nos anima a vivir su amor, compartiéndolo con los demás».
El Sr. Obispo reflexiono sobre el sentido de la imposición de la ceniza, un rito litúrico «por el que reconocemos nuestra fragilidad y nuestra condición de pecadores. Todos necesitamos ser curados y redimidos por la misericordia de Dios; nadie está exento de pecado. Todos somos frágiles y todos necesitamos el amor y el perdón de Dios».
Asimismo, afirmó que «lejos de ser un gesto puramente exterior, la recepción de la ceniza en nuestras cabezas es signo de la actitud de un corazón penitente, llamado a recorrer el itinerario cuaresmal como camino de conversión, de renovación y de acercamiento a Dios, que nos llama como el Padre misericordioso que espera con amor a su hijo perdido, que se alejó de casa».