Carlos Moreno Arribas (Madrid, 1974) pudo ser uno de los miembros del mítico grupo Parchís, pero sus padres decidieron que era mejor que continuara sus estudios. Sin embargo, la vida le tenía reservada una importante carrera como locutor de radio. En la actualidad presenta en Cadena 100 el programa «¡Buenos días, Pulpo!», con el que se despiertan cada fin de semana más de medio millón de oyentes. ¿Por qué «El Pulpo»? Porque cuando Carlos comenzó en la radio, lo hizo detrás de los micrófonos, en la mesa de mezclas, y «tenía manos para todo». Este viernes ameniza el encendido del alumbrado navideño en Málaga con la fiesta de la Cadena CIEN, en la plaza de la Constitución, a partir de las 18.00 horas.
–Cada Navidad visita Málaga para animar la fiesta del «encendido navideño». ¿Cómo lo vive?
–Es fantástico. Me encanta compartir algo tan tradicional y bonito, que en mi casa siempre se ha hecho en familia: montar el árbol, el nacimiento, los adornos navideños… Para mí es una gran alegría porque forma parte de la época más bonita del año, que para mí es la Navidad, el nacimiento de Jesús, y me encanta que continúen las tradiciones y que de algo que organizan todas las familias en España se haga un acontecimiento único.
–Usted también actuó como disc jockey y amenizador en Cuatro Vientos para acompañar a los jóvenes en su espera de la llegada del Papa. ¿Cómo recuerda la experiencia? ¿Qué ambiente vivió?
–Todo lo que rodeó a la JMJ de Madrid fue algo que no voy a olvidar en mi vida, y por lo que sé, es mucha la gente que tampoco lo olvida. A través de la música se pueden hacer un montón de cosas y lo que viví tanto en Cuatro Vientos como durante la llegada del Santo Padre a la Plaza de Cibeles hizo que hasta se me quebrara la voz. Es algo muy emocionante estar animando, participando, contagiando ilusión, esperanza y alegría a través de la música junto al altar de Benedicto XVI. Lo que sentí fue emoción y privilegio.
–¿Cómo vive «El Pulpo» la Navidad?
–Muy tradicional, acordándome de los que ya no están, contagiándole a mi hija todo lo que yo vivía con la ilusión de hacer la carta de los Reyes Magos, de colocar los turrones, de la Misa del Gallo… ¡La Navidad tiene tantos momentos mágicos! Quizás sea el momento en que más disfrutas de la familia, ya que el resto del año no tienes la ocasión de estar en contacto con ellos, y la Navidad nos junta a todos en unos días muy especiales.
–¿Quién es «El Pulpo»? ¿Tiene la clave de la felicidad?
–Lo primero que soy es una persona feliz, al cual le ha ayudado sin duda alguna el pilar que ha encontrado en su familia, el apoyo de sus padres, su ejemplo de vida… y que está agradecido a que come gracias al trabajo que desempeña haciendo lo que le gusta, por lo que no tengo derecho a quejarme de nada. ¿La felicidad? Mostrarme tal y como soy, tal y como me han enseñado a ser y como creo que tiene que ser todo el mundo. A través de la felicidad, de la alegría se pueden hacer tantas cosas que yo creo que es el pilar fundamental. Ser uno mismo y mostrarse tal y como es.
–¿Es usted un hombre de fe?
–Sí, soy un hombre de fe. Tengo fe en que Jesús siempre está para escucharnos, pero es que además, nos da mucha fuerza, nos guía perfectamente en el camino que tenemos que emprender para salir adelante en esta vida. Él siempre está ahí para ayudarnos.
– La música y usted van desde siempre cogidos de la mano. ¿Cómo ve el futuro de este sector?
– Lo que veo en el tema de la música es que hay poco espacio para la promoción de los nuevos artistas, pero la música no deja de ser una forma de comunicar los estados de ánimo de los propios artistas o de contar historias. Yo creo que la música nunca va a dejar de tener espacio en la vida de las personas porque los grandes momentos siempre van atados a una canción. Y eso es lo que me encanta, me vuelve loco, porque cuando pones una canción en la radio y de repente te llama alguien y te dice «con esta canción me pidieron matrimonio, o me enamoré, o me pide todas las mañanas mi hija… es una forma de ir de la mano en el camino de la alegría.
