La comparsa de Tarifa La Huella animó, hace unos días, el metro de Málaga con el famoso tema de Los Rebujitos ‘Todos los besos’, compuesto, por cierto, hace ahora catorce años y todo un clásico para los amantes del flamenquito.
La agrupación gaditana calentó voces en el suburbano antes de participar en el Carnaval de Málaga para sorpresa de todos, incluidos los usuarios de redes sociales. Una sorpresa amable con el beso como protagonista; como la que hace unos días presencié, cuando una pareja del barrio que habito se despidió con un beso. Era de mañana, tras el cristal tomando un café, veía el ir y venir de los viandantes: al cole, a la cafetería, a la iglesia… Y en eso, una pareja, que venía junta, se paró y se besó; a renglón seguido, cada uno tomó una dirección. Llevan más de treinta años juntos. Y, siguen besándose, también en público. ¡Qué bonito!
Y ¡qué necesario! Un hombre que conozco, ya anciano, siempre hacía lo mismo cuando llegaba de la calle a la casa; lo primero, dar un beso a su esposa; incluso antes de quitarse el abrigo. ¡Qué importante! Y ¡qué urgente! Para cuidar la vida en común es necesario el beso, las muestras de afecto, el decir ‘te quiero’. No sabemos cuándo separaremos para siempre nuestras vidas; cuándo marcharemos a la casa del Padre. Decía Fernando Sabater, en referencia a su mujer: «Formamos un tándem perfecto. Como el verso de Benedetti, fuimos mucho más que dos». Pues eso, si se dan las circunstancias y se desea vivir en familia, hay que cuidarse, mimarse y mostrarse el cariño. Muchas parejas olvidan cuidar el amor inicial; otras directamente obvian decirse ‘te quiero’; otras, directamente, no le dan importancia al beso de cada día. Y eso tiene sus riesgos y complicaciones.
Artículo publicado en la sección de OPINIÓN del DIARIO SUR