
La primera vez que los malagueños pudimos verlo fue en la Eucaristía de inicio del episcopado en Málaga de Mons. Satué. El sencillo báculo de madera tallada que ha lucido también en sus visitas al Santuario de la Victoria y a la Iglesia de los Santos Mártires Ciriaco y Paula lo acompaña desde su ordenación episcopal de la que acaban de cumplirse 4 años y tiene una bonita historia detrás.
Como ha explicado el propio D. José Antonio, se trata del báculo del obispo que lo ordenó y lo acompañó en sus primeros años de sacerdocio, Javier Osés Flamarique. Está grabado con imágenes de Huesca, de Navarra, su tierra natal, y sobre todo con alusiones a Jesucristo, Buen Pastor.
En una reciente entrevista en Canal Málaga, el obispo de Málaga explicitó que Mons. Osés, obispo de Huesca muchos años, fue «el primer obispo que fue un referente para mí. Su familia tuvo a bien dejarme ese báculo de madera que suelo llevar. Yo llevo siempre, no solamente como una insignia episcopal sino casi como una reliquia».
El báculo pastoral es una de las insignias episcopales, junto con el anillo, la mitra y la cruz pectoral, y recuerda la imagen evangélica del buen pastor que da la vida por sus ovejas.
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