Diáconos de toda España se reúnen en Málaga

Diócesis de Málaga
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La diócesis de Málaga es una sede episcopal dependiente de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la Catedral de la Encarnación de Málaga.

La Diócesis acoge el XXVI Encuentro de Diáconos Permanentes de España.

La Casa Diocesana “Beato Manuel González” de Málaga será el escenario del XXVI Encuentro Nacional de Diáconos. Del 3 al 6 de diciembre, 70 diáconos de España, muchos acompañados por sus esposas, compartirán sus experiencias, rememorarán el pasado y actualizarán su servicio a la Iglesia. También participarán en este encuentro el obispo de Málaga, Jesús Catalá, el de Tenerife, Bernardo Álvarez, tres presbíteros y un diácono procedente de Italia.

El programa de actividades comienza con las palabras de acogida de los prelados, seguidas de la ponencia “El diácono, oyente de la Palabra”, dictada por Bernardo Álvarez. Durante estos días, los participantes del encuentro están llamados a reflexionar sobre “liturgia y piedad popular” (domingo 4, a las 10,15 horas) y “la participación en la liturgia” (16’30 horas), gracias a las conferencias de Aurelio García Macías, doctor en liturgia por el Pontificio Instituto Litúrgico San Anselmo de Roma. Los participantes tienen también organizadas visitas culturales a la ciudad de Málaga, incluyendo el Santuario de La Victoria, en la noche del domingo. Así como a la ciudad de Ronda, la parroquia de Santiago Apóstol de la capital y la casa de hermandad de la cofradía del Sepulcro.

Sentido del diaconado permanente

El orden del diaconado puede ser transitorio, como un paso adelante en el camino hacia el sacerdocio, o permanente. Los diáconos permanentes pueden ser hombres casados, mayores de 35 años, con cinco años al menos de matrimonio estable, que han dado testimonio cristiano en la vida familiar. “Deben poseer madurez humana y cristiana y estar dispuestos a continuar viviendo de su propio trabajo en la vida civil o religiosa, insertos en la vida común de la gente, siendo testigos cualificados de la vida cristiana” (CEE). Asimismo, deben aceptar el Ministerio que les encomienda el obispo en perfecta comunión con él y con los presbíteros, y en estrecha conexión con los seglares comprometidos en la Iglesia. Su labor podría definirse como “un hombre al servicio de los hombres”, y san Policarpo lo describió “misericordioso, diligente, procediendo conforme a la verdad del Señor, que se hizo servidor de todos”.

Antonio Collado, delegado diocesano del clero, explica que el diaconado “tiene su fundamentación bíblica en el Nuevo Testamento, en el libro de los Hechos de los Apóstoles. Surgen nuevas necesidades en la primitiva comunidad cristiana de Jerusalén, la atención a los huérfanos, las viudas, los necesitados de la comunidad helenística. Ante esta necesidad los apóstoles instituyen a siete varones dignos y respetables para este servicio. Desde la instauración impulsada por el Concilio Vat. II el desarrollo de este ministerio no ha sido igual en toda la Iglesia. Ha habido Diócesis dónde es una realidad significativa, otras dónde el número es pequeño y en muchas no se ha descubierto la necesidad de la ordenación de Diáconos Permanentes”.

¿Dónde están?

Collado afirma que “el Diácono Permanente recibe el sacramento del Orden en el grado inferior de la jerarquía y por la consagración sacramental y la imposición de manos queda constituido ministro de la Iglesia y colaborador directo del Obispo (L.G. 29, Ad Gentes 16). Tiene por tanto el diaconado permanente su especificad ministerial y no se restituye en la Iglesia para remediar la crisis vocacional al sacerdocio ni el problema del envejecimiento del clero. La tarea específica de los diáconos permanentes, desde su vinculación muy estrecha con el Obispos, está determinada por el servicio a la Palabra y a la Caridad. Las tareas concretas en nuestra Diocesis están marcadas por las necesidades pastorales: algunos colaboran en caritas parroquiales o diocesana, otros en parroquias con grupos de adultos y matrimonios, hay varios que atienden la pastoral de exequias con la celebración de la Palabra y la cercanía a las familias en el trance de la muerte de un familiar, un número más reducido que presta sus servicios en la Catedral y hay uno que es Consiliario de Manos Unidas”. 

Testimonio

Miguel Ángel Sánchez Doblas es diácono permanente en la diócesis de Málaga. Para él, estos encuentros son importantes. “A mí personalmente me estimulan bastante para recordar que formamos parte de un colectivo de personas, llámese colegio diaconal o familia diaconal, que tenemos un mismo objetivo como es el de servir a la Iglesia allá donde hagamos falta”.

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