Casi un millar de efectivos trabajan en las labores de extinción, seguridad y coordinación del incendio forestal declarado sobre las 15.04 horas del pasado miércoles en Sierra Bermeja, en el Paraje de la Resinera. Afecta a los municipios de Pujerra, Júzcar y Benahavís. Andrés Conde, el párroco de Pujerra, y Manuel Roldán, párroco de Benahavís, nos cuentan cómo lo están viviendo.
«Estamos muy preocupados», afirma Andrés Conde pues «son muchas las hectáreas que están ardiendo de castaños centenarios. En estos momentos, el núcleo poblacional de Pujerra no está amenazado, pues el viento ha trasladado al incendio hacia la zona de Benahavís, pero seguimos muy preocupados, por ellos, por todos, y por la naturaleza que se queda desolada. Según nos van diciendo los expertos, es grande la dificultad para que se pueda entrar en esa zona a sofocar el incendio».
«Gracias a Dios no hemos tenido que desalojar el pueblo, aunque las columnas de humo que nos rodean son preocupantes», explica Andrés, pero en otras localidades, como Benahavís, tuvieron que desalojar a más de 3.000 vecinos. La parroquia también se encuentra en la zona desalojada, por lo que el párroco, Manuel Roldán, no ha podido entrar al pueblo, aunque sí se ha puesto a disposición desde otra de las parroquias que atiende la del Rocío, en San Pedro.
Pujerra tiene como patrón a san Antonio y sus fiestas patronales comenzaban este fin de semana. «Ahora mismo todo es una incógnita, con la situación de preocupación que se vive en el pueblo. El sábado por la mañana estaba prevista la Misa del Patrón, y ante él ponemos nuestras súplicas», añade Andrés, el párroco.
Los vecinos sienten un gran dolor ante la posibilidad de que haya sido un incendio provocado, comenzando en tres puntos distintos de los que ya ardieron hace tan sólo nueve meses. «Los mayores del pueblo que conocen bien la Sierra, dicen que es imposible entrar ahí a apagar el fuego, porque el terreno es tan escarpado que no hay visibilidad alguna, lo que dificulta las labores», así que, concluye el párroco, «estamos viviendo de nuevo la misma pesadilla. Hace unos meses, la lluvia fue una gran ayuda en la extinción pero ahora, que se avecina el verano seco, la preocupación es mayor».
Benahavís
El párroco de Benahavís, Manuel Roldán, recibe en la parroquia del Rocío, en San Pedro de Alcántara, a los vecinos que fueron desalojados por prevención, pues el viento y el humo impedían las labores de extinción.
Los vecinos fueron acogidos en una carpa que se colocó en el pueblo, desde la que se reubicaron en hoteles y familias de la zona, según explica el párroco. «Se encuentran a la espera de poder regresar a sus hogares. A la Cáritas parroquial nos pidieron que colaboráramos para distribuir el desayuno de hoy. Desde la parroquia estamos en contacto con las autoridades y a disposición para lo que necesiten. Compartimos el dolor de la gente y no dejamos de pedir a Dios que todo esto acabe pronto».