La Navidad, gran fiesta de gozo porque Jesús se hace de nuevo presente entre nosotros, es una oportunidad para cuestionarnos sobre nuestras elecciones cotidianas, personales o colectivas, en relación con el consumo, la sostenibilidad y la utilización de los recursos.
Es el mensaje que Cáritas quiere transmitir en este tiempo festivo. Se trata de una afirmación, un anuncio, una buena noticia que está presente en nuestro mundo a pesar de las sombras de la crisis, del desempleo, del aumento de la pobreza, del futuro incierto. No se trata de una esperanza lejana ni de un optimismo edulcorado. Es el tiempo de esperanza de los más pobres, de los que ven y comparten cerca del sufrimiento de una gran parte de la ciudadanía que se queda sin derechos ni privilegios. Es la esperanza que nos mueve al cambio.
ALGUNAS PISTAS PARA SER CONSTRUCTORES DE ESPERANZA
•Tener los ojos siempre bien abiertos, para fijarnos en los pequeños detalles de las vidas de aquellos que están a nuestro lado: sentimientos, necesidades, problemas, alegrías…
• Extender los brazos, en actitud de acogida al otro, como un hermano.
• Sonreír siempre para contagiar alegría profunda a nuestro alrededor.
• Escuchar con atención a quienes nos rodean para compartir con ellos sus sentimientos, inquietudes y vivencias.
• Respirar hondo para no perder la serenidad y la calma ante los contratiempos y dificultades.
• Unirnos a nuestros compañeros para formar un verdadero equipo y hacer posible lo que creamos imposible.
• Orar para crecer como personas creyentes, para crecer en humanidad y ayudar a crecer.
• Transmitir nuestro calor humano a las personas que nos rodean para que sientan que, con nuestras vidas, Dios les está bendiciendo.
