El profesor de los Centros Teológicos Alejandro Pérez Verdugo ayuda a profundizar en el evangelio de este domingo, V de Cuaresma, 26 de marzo de 2023.
Tras presentarnos la Palabra de Dios a Jesús como fuente de “agua viva” que sacia nuestra sed y “luz del mundo” que alumbra nuestra oscuridad, este domingo lo presenta como “resurrección y vida”.
Dios liberó del sepulcro del exilio a Israel. Le devolvió la vida en medio de la desesperanza. Dios escucha el grito de Israel y Jesús se compadece de las hermanas de Lázaro. Comparte el dolor con ellas y llora por su amigo. Jesús humano y divino que vence a la muerte. Del sepulcro surge la vida y Él es vida para quien le acepta como el Hijo de Dios. Resurrección del último día sí y también vida verdadera ahora. Pero ¿no nos sorprende que a los vivos se nos ofrezca la vida? No. Si nos examinamos vemos que la necesitamos porque, en medio de la vida, hay muerte provocada por el pecado. Si no miramos en lo hondo de nuestra vida con sinceridad, será imposible seguir a Jesús hasta la Pascua; podremos acompañarlo por fuera, pero el interior irá por otro lado.
Dejemos que Cristo nos grite como a Lázaro: “sal fuera” de tus egoísmos, incoherencias, comodidades y placeres, insolidaridades e insultos, caprichos y aparentar… Cristo viene a sacarnos de la muerte de nuestros sepulcros; entonces Cuaresma será seguir a Jesús por dentro y fuera hasta la Pascua, anticipada en la Eucaristía, que es muerte y resurrección, agua viva para el camino, luz para nuestros nuevos ojos y vida para tener un corazón nuevo.