Danilo Farneda, profesor de los Centros Teológicos de la Diócesis de Málaga, ayuda a profundizar en el evangelio del Domingo II de Adviento, 5 de diciembre de 2021 (Lucas 3, 1-6).
El Señor no se impone en nuestras vidas. Espera ser acogido y respeta nuestras opciones.
La Palabra nos invita a despejar todo aquello que impida su llegada y nos recuerda que Dios nos ofrece su misericordia, su perdón, su proyecto de vida. No se trata de una oferta “online”, sino “presencial”. El Dios que viene, ya está entre nosotros. No es posible disimular nuestras verdades detrás de ninguna “pantalla”.
Quizás, por eso mismo, lo primero, es preguntarnos si estamos dispuestos a acoger su ofrecimiento, si nos interesa su presencia, si de verdad estamos ansiando el perdón, la salvación que san Pablo anhela para los primeros cristianos: “Que lleguéis al Día de Cristo limpios e irreprochables”.
Poco haremos para facilitar su llegada transformante a nuestras vidas si no respondemos a estas cuestiones previas.
Acogerlo, desde un encuentro “cara a cara”, puede resultar incómodo. Es probable que haya más de un pedrusco del camino que no estemos dispuestos a remover, más de un rodeo que prefiramos seguir dando para esquivar las exigencias de su seguimiento.
Pidámosle que cambie nuestro corazón: Señor, tú lo sabes todo. Sabes bien que deseamos tu presencia y al mismo tiempo nos resistimos a cambiar, a convertirnos. Danos la luz y la fuerza del Espíritu para desbrozar el camino y facilitar nuestro encuentro.