Junto con Cáritas, los profesionales de la sanidad, Grupo Mundo, Grupo Peñarroya, Javier Castillo y Rincón Fertilidad han sido también reconocidos por su labor en este mismo homenaje.
El 10 de diciembre se ha celebrado en el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga la gala con la que cada año la redacción de SUR premia el trabajo de los malagueños que han destacado en sus ámbitos profesionales: Empresa, Sociedad, Turismo, Cultura y Deportes.
En nombre de todas las personas que forman Cáritas Diocesana ha recibido el premio Francisco J. Sánchez Heras, director de la institución, que acompañado del delegado episcopal, Antonio Collado Rodríguez, ha agradecido el reconocimiento a la labor social de la Iglesia con estas palabras:
«Este reconocimiento es, cómo no, un reconocimiento a la labor de la Iglesia, que desde sus orígenes está cerca de quien sufre.
Hoy día, adquiere un valor extraordinario el testimonio de tantos cristianos y gente de buena voluntad que, ante tantas situaciones injustas que provocan pobreza, exclusión y vulneración de derechos, están llevando esperanza con su entrega, servicio, solidaridad, gratuidad, fraternidad y compromiso.
Estos valores encarnados en los voluntarios de Cáritas, son esenciales para la construcción de esta sociedad nueva que ha de surgir. Para ellos este reconocimiento.
Hoy más que nunca la sociedad necesita una urgente y drástica regeneración en la que el bien común vuelva a guiar la actuación de los poderes públicos, por encima de intereses electorales o de otro tipo. Y donde el protagonismo de la sociedad civil, en la plaza pública, no sea silenciado. Cáritas ha hecho real en esta pandemia que la caridad no cierra nunca.
Para todos los que forman Cáritas (desde sus voluntarios, hasta los socios y donantes, pasando por cada parroquia y cura), comprometerse es relacionarse, un modo de ser en amistad con los demás, de entender la vida y compartirla creando fraternidad.
Este reconocimiento nos sigue alentando para hacer presente el amor de Dios entre nosotros. Acompañando, amando y sirviendo a los que más pequeños, a los que sufren, queremos seguir siendo esperanza y pan partido para la vida de un mundo nuevo y fraterno, donde el Amor de Dios sea la fuerza transformadora del corazón humano».
