Enclavado en un paraje natural en el extremo noroccidental de la Axarquía, rodeado por las sierras de Enmedio, Palomera y Jobo. En el límite con la provincia de Granada, se encuentra Alfarnate, que en el siglo XVIII llegó a contar con más de siete sacerdotes para atender a los feligreses, según las actas capitulares de la Catedral.
La parroquia de la localidad está dedicada a santa Ana, data del siglo XVI, y fue creada por el entonces obispo de Málaga, fray Bernardo Manrique de Lara, según la obra del que fuera sacerdote de la Diócesis de Málaga, Rafael Gómez Marín, “Geografía de la Iglesia de Málaga”, en la que afirma que «el Cabildo de la Iglesia Malacitana tuvo pleito con el arzobispo de Granada y beneficiados de Loja, sobre percepción de diezmos del “Campo de los Alazores” ».
El templo, de planta basilical, está compuesto de tres naves separadas por arcos de medio punto, cubiertas con artesonado de madera y tiene un coro elevado a los pies de la nave central. En la fachada destaca su torre de estilo mudéjar.
Como explica el párroco de la localidad, Joao Carlos Ferreira, «la imagen de santa Ana, titular de la parroquia, que preside el Altar Mayor, junto a su hija, la Virgen María, es digna de mención. Ya que refleja a la perfección el cariño de una madre por sus hijos. También en el altar mayor, está representado san José con el niño, que este año tendrá especial protagonismo por el Año Jubilar de San José proclamado por el papa Francisco».
Desde su construcción, ha sufrido importantes obras de reparación y remodelación, sobre las que destaca, la llevada a cabo en 1884, tras el terremoto que sufrió la zona ese mismo año y que causó graves daños, tanto en la torre, como en la capilla del sagrario, según relata Gómez Marín, quien explica que, «durante la Visita de Pastoral del obispo D. Ángel Herrera Oria, en 1950, los actos se celebraron en la Ermita de Ntra. Sra. de Monsalud, por estar la iglesia parroquial de nuevo en obras».
Una ermita del siglo XVI, en el que llaman la atención sus soportales formados por arcos de medio punto. Está situada en la zona alta del pueblo, y alberga durante casi todo el año la imagen de Nuestra Señora de Monsalud, patrona y alcaldesa perpetua de Alfarnate, que cada mes de septiembre es llevada a la parroquia de Santa Ana, para la celebración de las fiestas patronales, entre las que se encuentra una curiosa tradición como es “La Embajada: fiesta de moros y cristianos de Alfarnate”, una representación basada en un romance anónimo que data del siglo XVIII y que narra el rapto de la patrona del municipio, la Virgen de Monsalud, por parte de las tropas musulmanas, en el siglo XV, y su posterior recuperación por el ejército castellano. El pueblo entero se traslada a la época medieval, y está declarada como Fiesta de Singularidad Turística Provincial.
Otro lugar destacado de Alfarnate, es su cerro del Santo Cristo, un mirador natural con vistas al valle y a las montañas, donde está situado un altar con una imagen del Cristo de Medinaceli, que los alfarnateños suelen visitar el primer viernes de marzo. Este altar, era además, la última parada de un antiguo viacrucis en la localidad.
