Microrrelato sobre las tentaciones al inicio de la Cuaresma, escrito por Ana Collado.
Sus pequeñas mejillas se aplastaban contra el cristal donde se exhibían sus chuches favoritas.
En su manita, las suficientes monedas para comprar los recados de su madre junto con los caramelos que debía dejar de comer. Miró aquel colorido escaparate…
Caminó a casa, cabizbajo, con la compra hecha y sin caramelos.
Cuando le tendió a su madre la bolsa, esta llenó de besos su carita. Subió a su habitación, queriendo olvidar todos los dulces que se resistió a comprar.
-¡Cariño, a merendar!- escuchó más tarde.
Al llegar, su tarta favorita sobre la mesa, y la sonrisa de su madre como recompensa.