Emilia Sánchez, miembro de la Asociación de Caridad de San Vicente de Paúl, da su testimonio de fe y de la asociación a la que pertenece.
Nuestro carisma es el vicenciano, lo que se traduce en servir a los más pobres, a los que más lo necesiten, sin ninguna discriminación, como el propio san Vicente nos enseñó.
Yo soy voluntaria desde los 25 años y antes pertenecía al movimiento Juventudes Marianas Vicencianas (JMV). Soy voluntaria como respuesta a mi vocación cristiana. Tenía inquietudes pero se cruzó en mi vida una gran persona, Sor Alfonsa, quien me animó a formar parte de esta gran Familia Vicenciana.
Mi experiencia en la asociación siempre ha sido muy buena. No estoy en ella porque esa una institución perfecta, ni porque todo sean risas, sino porque el Señor me llama a esta servicio y esta es mi respuesta. Intento dar lo mejor que tengo y soy, hasta que el Señor me llame a la otra vida porque, realmente el voluntario vicenciano, deja de serlo cuando muere.
Quisiera recordar de forma especial a una compañera voluntaria, María Victoria Estampa, que ha fallecido recientemente. Con su sencillez, me enseñó lo que era ser voluntaria de la caridad: trabajando desde el silencio, sin que nadie lo notase. Así me gustaría que me recordasen el día que no esté ya en este mundo, como alguien que ha sabido servir.
Asociación de Caridad de San Vicente de Paúl
La Asociación de Caridad de San Vicente de Paúl nació en Francia en 1617, cuando san Vicente reunió a un grupo de personas para dar respuesta a las necesidades de las familias con menos recursos. Llegó a España en 1915 y a Málaga en 1945. Se internacionalizó con las siglas AIC (Asociación Internacional de Caridades) y el lema: “Contra las pobrezas y sus causas, actuar juntos”.
En Málaga hay 7 grupos. «Nuestro proyecto diocesano es el SAF Betania o economato social, que atendemos desde 1994», explican desde la asociación. Con él atienden las necesidades de más de 100 familias. Los voluntarios visitan a domicilio a estas familias y le ofrecen mucho más que una ayuda económica.
Los voluntarios de AIC-ESPAÑA prestan sus servicios a los más necesitados, como la ayuda y visita a domicilio, el servicio de alimentación y ropa, comedores, escuelas, talleres, alfabetización, formación, colonias infantiles y promoción de la mujer.
AIC-España es miembro del Comité Español de Bienestar Social (CEBS) y de la Plataforma para la Promoción del Voluntariado en España. Desde 1968 está confederada con Cáritas Española y reconocida por la Santa Sede.
Más información en la sede de calle Victoria Mérida Piret, 10, local 29 y en el teléfono 952 238256.
Aquí pueden escuchar esta sección de «Iglesia en Málaga»
Encarni Llamas Fortes
