Este 5 de marzo, coincidiendo con el primer domingo de Cuaresma, como recomienda la Iglesia, más de una veintena de jóvenes y niños pertenecientes a distintas parroquias de la Diócesis participaron en el rito de la elección de catecúmenos, presidida por el Obispo diocesano, Don Amadeo Rodríguez Magro.
Este rito, es en el que la Iglesia, oído el testimonio de los padrinos y de los catequistas, y habiendo verificado la voluntad de los catecúmenos, juzga de su preparación y decide si pueden acercarse a los sacramentos pascuales. La Santa Misa comenzó con la procesión de los catecúmenos que precedían a los ministros en la procesión de entrada para ser acogidos así por la asamblea del Pueblo de Dios.
Homilía
Durante la homilía, Monseñor Rodríguez Magro explicó a los catecúmenos que «Jesús es un pastor bueno, que nos quiere». «Por eso yo esta mañana- continuaba- quiero deciros que la Iglesia os quiere. La Iglesia a la que vais a pertenecer cuando recibáis vuestro Bautismo, os acoge, abriendo sus brazos, y estará muy feliz y muy contenta de que cada uno de vosotros vaya a pertenecer a esa gran familia».
En referencia a la labor que en el camino de la fe realizan los padres, los padrinos, y los catequistas. De estos últimos recordó que «sois los garantes de que los catecúmenos quieran ser cristianos, y sois los garantes de que ellos va a vivir como cristianos, porque los vais a acompañar en el crecimiento de su vida cristiana».
De un modo cercano, y cariñoso, refiriéndose a los niños que pronto recibirán los Sacramentos, el Obispo de Jaén les dijo que «Hay que ir, poquito a poco descubriendo lo que el Señor va queriendo de nosotros. Ser cristianos es maravilloso, es lo mejor que nos puede pasar. Es un don de Dios, es un gracia de Dios, pero ser cristianos también supone que a veces tenemos que superar dificultades, tentaciones; pero el camino del cristiano también es saber elegir lo que es de Dios. Ser cristiano es seguir a Jesucristo y amar a Dios».
Al concluir la homilía, y tras ser presentados al Obispo por el Vicario General, los catecúmenos subían al altar acompañados de sus padrinos y catequistas participaron en el rito de la inscripción del nombre, propiamente dicho, y tras ser exhortados por el Pastor diocesano, éste concluyó diciéndoles: «Queridos catecúmenos, declaro con alegría que habéis sido elegidos para ser iniciados en los sagrados misterios durante las próximas fiestas de Pascua. Ahora es vuestro deber, como el de todos nosotros, que os esforcéis con todo entusiasmo en llegar a la plena verdad de vuestra elección».
A la finalización del rito, los catecúmenos abandonaron el templo y la Santa Misa prosiguió como de costumbre.
Nuevo Misal
Este primer domingo de Cuaresma también trajo consigo las novedades que indica el nuevo Misal romano en la celebración eucarística. Por lo que los fieles congregados en la Eucaristía dominical, después de la invitación del sacerdote «Orad, hermanos…», se pusieron en de pie. También se aplicó desde ayer uno de los cambios más significativos que aporta la nueva edición del Misal: durante la Consagración, en lugar de “que será derramada por vosotros y por todos los hombres”, se dijo: “por vosotros y por muchos”, que es una traducción más exacta.
Al finalizar la Eucaristía, los catecúmenos fueron recibidos por el Obispo en la Sacristía, con quienes se hizo una foto de familia.