Se presenta en la Diócesis el Grupo Santa Teresa; un camino de acompañamiento pastoral a los separados

Diócesis de Jaén
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La diócesis de Jaén es una iglesia particular española sufragánea de la archidiócesis de Granada. Sus sedes son la Catedral de la Asunción de Jaén y Catedral de la Natividad de Nuestra Señora de Baeza.

El sábado, 26 de enero, en nuestro Seminario Diocesano, y con la presencia de sacerdotes, seminaristas, agentes de pastoral familiar, representantes de movimientos matrimoniales y algunos separados, tuvo lugar un enriquecedor encuentro, convocado por la Vicaria Episcopal de Evangelización y la Delegación Diocesana de Familia de Jaén, con el grupo de “las Teresas” de la Archidiócesis de Toledo.

“La Iglesia está llamada a vivir su misión en la caridad que no señala con el dedo para juzgar a los demás, sino que –fiel a su naturaleza como madre – se siente en el deber de ser «hospital de campaña», con las puertas abiertas para acoger a quien llama pidiendo ayuda y apoyo; aún más, de salir del propio recinto hacia los demás con amor verdadero, para caminar con la humanidad herida, para incluirla y conducirla a la fuente de salvación». (Papa Francisco: Homilía del 4 de octubre de 2015).

Siguiendo estos deseos del Papa Francisco, la Archidiócesis de Toledo, comenzó a dar los primeros pasos en la pastoral para personas separadas. En 2016 se inician los encuentros del Grupo «Santa Teresa», mujer llena de Dios, fuerte, valiente y andariega bajo cuya protección se encomiendan la cincuentena de mujeres que se reúnen mensualmente – la atención a hombres en estas circunstancias no se ha podido aún concretar-.

“Las Teresas” –como se les conoce popular y cariñosamente – sienten, de primera mano, cómo la Iglesia acoge a sus hijos más frágiles, y las acompaña con paciencia, delicadeza y misericordia, para que recuperen su confianza y esperanza.
Junto a un matrimonio, encargado de esta pastoral, y un sacerdote se reúnen para celebrar sus encuentros que comienzan con un rato de adoración y meditación en la Capilla ante el Santísimo, tras el cual se desarrolla la reunión -con un formato abierto dependiendo de las necesidades- en la que de forma totalmente confidencial, se comparten los desafíos a los que se enfrentan en el día a día, junto a sus inquietudes y anhelos. El estudio de los materiales de formación y reflexión propuestos permite contrastar y poner en común sus vidas a la luz del Evangelio. Esta reunión mensual -con todas las componentes del grupo- se complementa con otras reuniones, también mensuales, en pequeños grupos, ya sea por arciprestazgos, localidades, parroquias, etc. En los que la cercanía y la ayuda mutua entre “las teresas” se hacen patentes.

“Una oportunidad para que Dios se afiance en nuestras vidas” afirmaba una de las componentes en uno de los muchos testimonios que compartieron con los asistentes. Tras el vértigo de la ruptura personal, simultáneamente, en muchos casos, se produce una autoexclusión en muchos ámbitos y, también, en el eclesial, en el que a veces esas personas se pueden sentir juzgadas, señaladas, aisladas… Son varias las dificultades a las que se enfrentan: asumir esa nueva realidad en la que se vive, reconocerse y reconocer la nueva situación, reestructurar muchas cosas, perdonar… No se puede vivir permanentemente heridos -nos decía otras de las Teresas- hay que sanar las heridas y solo no se puede, hay que apoyarse en una comunidad. La fuerza de la comunidad te ayuda a crecer. Una comunidad unida en la oración, en la necesidad y en el sufrimiento que ayuda a recuperar la dignidad de los hijos de Dios, que, a veces sentimos de forma equivocada, perdida.

Además de los valiosísimos testimonios, siempre agradecidos a la acogida recibida por la Iglesia y en particular a su Arzobispo, D. Braulio Rodríguez Plaza, que en todo momento las ha apoyado y las acompañó junto al sacerdote, D. Miguel Garrigós, Delegado de Familia y Vida, en la Audiencia Privada con el Papa del 26 de Junio de 2017. Ese día tuvieron la gran oportunidad de contarle a Su Santidad, y al mundo, esta experiencia concreta en la que la Iglesia se manifiesta como madre que abraza a todos. También, el pasado 24 de Agosto, en Dublín, parte del Grupo Santa Teresa, participó en un taller llamado “Ayudando a las familias que han sufrido la ruptura del divorcio. Una Diócesis acompañando a las familias que atraviesan momentos difíciles».

Desde la Delegación de Familia y Vida esperamos que esta jornada sea semilla para que en un futuro, no muy lejano, pueda establecerse en nuestra Diócesis este apasionante proyecto de acompañamiento, especialmente a esos hermanos y hermanas que sufren, que se enfrentan a situaciones que no han sido buscadas, que necesitan de un abrazo fraternal por nuestra parte, maternal por parte de nuestra madre Iglesia… Iglesia ayudando a levantarse a los que han tropezado, dando su vida un vuelco que les ha hecho cambiar totalmente los planes, la perspectiva… Iglesia acogedora y amable, que lleva la Misericordia de Dios allá donde haga falta, que no enjuicia, ni prejuzga, que sólo ama a todos sus hijos.

Todos aquellas personas interesadas en recibir más información pueden solicitarla a través del correo electrónico escribiendo a la siguiente dirección delegacionfamiliayvidajaen@gmail.com

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