Domingo último de abril, que este año ha coincidido con el segundo de Pascua, de la Divina Misericordia, miles de devotos de la Morenita, 300 mil según fuentes oficiales, se ha dado cita en el Cerro del Cabezo para participar en la Romería más antigua de España.
Un sol espléndido acompañó al repique de las campanas que anunciaban que la Virgen salía de su Camarín para ser colocada en el altar exterior para presidir la celebración de la Eucaristía solemne. Fuera la esperaban los representantes de 67 Cofradías filiales y otras procofradías de la advocación de la Cabeza, llegadas desde toda la provincia y también procedentes de toda España.
Más de medio centenar de sacerdotes, tanto diocesanos como trinitarios, concelebraron con el Prelado jiennense la Eucaristía. Miembros de la Junta de Gobierno de la Cofradía Matriz se encargaron de leer la monición inicial, las lecturas y las preces, así como el acción de gracias, antes de que el Obispo impartiera la bendición.
Homilía
En la homilía, el Obispo de Jaén, Don Amadeo Rodríguez Magro, ha querido poner a la Virgen en el centro, sin olvidar que este domingo la Iglesia celebra el domingo de la Divina Misericordia: «En ese encuentro del Resucitado con Tomás, la Iglesia ha visto a la Divina Misericordia, a la bendita imagen que vio Faustina Kovalska del costado abierto de Cristo, del que brotan radiantes agua y sangre para la vida del mundo. ¡Si la Santísima Virgen tiene tanto tirón para nosotros es porque la consideramos una activa mediadora entre la misericordia divina y las necesidades humanas!», explicó el Obispo.
Después de los saludos, en los que tuvo también presente a la Hermana Mayor, que sufrió un percance en su subida al cerro, el Prelado quiso acordarse también de los enfermos, impedidos, o personas que por cualquier motivo no pudieron estar presentes en la celebración. En la jornada de las elecciones generales, Don Amadeo explicó que Dios pide a los cristianos que sean «buscadores de un mundo de amor, de paz, de justicia, de solidaridad, de verdad y de dignidad. Es natural que los que contemplemos con fe y devoción la belleza del rostro maternal de la María, rechacemos todo lo que sea injusticia, insolidaridad, mentira, odio, venganza, abuso o violación de la dignidad humana y que nunca queramos saber nada de violencia o muerte. Con María queremos lo mejor para nuestro mundo y rechazamos todo lo que lo empeore o lo ensucie».
Don Amadeo usó un lenguaje cercano y muy en sintonía con las Redes Sociales y los jóvenes, definiendo a María como «la mejor influencer de Dios»: «Al encontrarnos con María, notamos enseguida que Dios, por su mediación, sigue infundiendo bien en el mundo. Poned ante Ella todo lo que traigáis en vuestro corazón; comprobaréis que esta Madre buena sabe lo que nos pasa, tiene una respuesta para nuestras oraciones filiales y siempre nos encomienda también un compromiso. El Papa Francisco nos acaba de recordar que la Santísima Virgen, cuando aceptó la responsabilidad de ser la Madre del Redentor, aceptó también su oficio de ser influencer, es la influencer de Dios(Mediadora ante Dios, para entendernos)».
En el año de la Misión diocesana, su predicación concluyó en ese sentido, recordando a todos los presentes que deben ser y sentirse «discípulos misioneros»: «Que la Virgen de la Cabeza nos enseñe a ser discípulos misioneros en medio de esta sociedad jiennense en la que vivimos y que tanto necesita de Jesucristo. Si dejáis que la Virgen os hable al corazón, este habrá sido un gran día de nuestra Misión Diocesana. Y la misionera habrá sido para nosotros la Virgen de la Cabeza, la Madre de Nuestra Diócesis».
La celebración estuvo acompañada del Coro Romero de Puertollano. Al finalizar la Eucaristía, la Virgen, en andas, recorrió la Calzada y el poblado, guiada por los anderos y arropada por el fervor de miles de personas. Como en otras ocasiones, los dos trinitarios custodiaban desde el trono a la Virgen de la Cabeza desde el trono. Estos dos monjes, como en otras ocasiones, subieron a niños, pasaron por el manto prendas de ropa, incluso dos personas en sillas de ruedas se acercaron hasta la Morenita para venerarla en medio del gentío que gritaba, ¡Viva la Virgen de la Cabeza!.