Fue la primera de las jornadas de acogida programadas por los jóvenes voluntarios de SAFA Úbeda para este curso académico dentro del calendario coordinado por la pastoral penitenciaria de la diócesis de Jaén. Trece internos de Jaén II, con edades comprendidas entre los 20 y los 50 años, disfrutaron de actividades lúdicas junto a la treintena de componentes de un grupo joven, que demostró un gran dinamismo y enormes ganas de acoger.
Aunque se produjeron, no habrían hecho falta las presentaciones iniciales. Desde el primer juego propuesto hasta el partido de fútbol sala final, hubo una mezcolanza perfecta que fue la tónica dominante durante esta primera jornada de convivencia. Todos vieron colmadas sus expectativas iniciales: los organizadores, porque sus propuestas fueron vividas con entusiasmo desde el primer momento, y los visitantes, porque se sorprendieron de comprobar cómo eran acogidos sin experimentar el rechazo que a veces sienten cuando empiezan a salir a la calle de permiso.
A diferencia de otras visitas organizadas por la Pastoral, en esta primera de la SAFA ubetense, todas las actividades se realizaron dentro del centro educativo. Hubo tiempo para compartir experiencias durante la comida donde se cruzaron conversaciones de anhelos de libertad y reinserción social y dificultades por las que pasan los estudiantes de Magisterio, carrera que cursan buena parte de los más de 30 voluntarios que disfrutaron de la experiencia.
El tradicional momento de sobremesa, con oraciones, peticiones e intervenciones preparadas por los voluntarios de SAFA, fue punto de encuentro para canalizar cómo es la vida privada de libertad, sentimientos vividos en el día a día en el “chabolo”, ruptura de estereotipos juveniles después de compartir juegos y comida y expresión de deseos de esperanza y buenaventura para los internos que están a punto de abandonar el centro penitenciario.
Y, cómo no, en fechas tan próximas a la venida del Salvador en Belén, la familia fue eje de muchas de las reflexiones compartidas en voz alta. Los jóvenes oyeron de primera mano testimonios de sentimientos de aquéllos que no van a poder abrazar a sus seres más queridos durante la Navidad. Fueron los internos los que más animaron a los futuros docentes a que vivieran cada momento, abrazo, risa y gesto con los suyos como si fueran únicos, desde el lamento, expresado en voz alta, de quienes se van a ver privados de brindar con sus familiares.
Y para concluir, la petición unánime (y “egoísta”) de los que continuarán privados de libertad en el próximo encuentro previsto en 2026 con los voluntarios de SAFA Úbeda: repetir el abrazo con ellos.
Pastoral Penitenciaria y SAFA de Úbeda
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