Con el rezo de los Laudes ha dado comienzo la solemne celebración eucarística en honor de San Eufrasio, primer Obispo de Jaén y patrón de la Diócesis. Presidida por el Obispo, Monseñor Chico Martínez, la Eucaristía ha estado concelebrada por miembros del Cabildo Catedral.
Una imagen con las reliquias del primer Obispo presidía el presbiterio. Las lecturas estuvieron participadas por los fieles y el Evangelio proclamado por D. Juan Herrera, Vicedeán de la S. I. Catedral de Jaén.
En su homilía, Don Sebastián comenzó recordando el motivo de dar gracias a Dios por la vida de San Eufrasio, el primer obispo de esta Iglesia particular: “Hoy celebramos al Patrón de nuestra Iglesia Diocesana, nos sentimos estrechamente vinculados con todos nuestros hermanos jienenses, cristianos y no cristianos, para pedir a Dios por todos ellos, por sus familias y el fruto de sus esfuerzos y trabajos. Nuestra presencia aquí tiene una primera intención, que es honrar la memoria de San Eufrasio y ponernos bajo su protección”.
Monseñor Chico Martínez puso de relevancia que San Eufrasio fue “el primer catequista de estas tierras, el primer evangelizador que anunció a nuestro Señor Jesucristo”. En este sentido recordó que como sucesor de San Eufrasio, “soy considerado el obispo 76, dentro de la sucesión apostólica, tras la restauración de la vida cristiana en nuestra tierra, en el s. XIII”.
Del mismo modo, el Prelado jiennense recordó que el martirio de San Eufrasio “fue el más sólido testimonio de su fe y de su esperanza, su contribución más firme a la solidez y continuidad de nuestra Iglesia jienense. Desde entonces estamos edificados sobre la sangre y el testimonio de los mártires. En otras épocas, nuevos mártires, añadieron hondura y solidez a la tradición cristiana de Jaén…”
Para finalizar su prédica, el Obispo del Santo Reino señaló la figura de este varón apostólico como modelo de cristiano al que imitar, “Mirar a San Eufrasio es avivar en nosotros el deseo de que la fe vuelva a ser la luz que ilumine y embellezca nuestras vidas. Porque sabemos que solamente en la fe de Jesucristo está la salvación para las personas y la prosperidad para los pueblos. Sin una fuerte inspiración moral no hay sociedad que resista. Y sin una fe religiosa compartida, respetada y practicada no puede haber inspiración moral sólida, sincera, integral y permanente”. Del mismo modo, pidió la intercesión de San Eufrasio para que en esta Iglesia diocesana, que peregrina entre olivos, “no nos falten sacerdotes, religiosos y religiosas, catequistas, apóstoles, cristianos convencidos y convertidos que hagan florecer y fructificar la fe en miles de familias unidas, fecundas y felices, en obras de solidaridad y de misericordia, en una sociedad justa, trabajadora, próspera, pacífica, atrayente y feliz”.
San Eufrasio, es considerado uno de los siete varones apostólicos, enviados por los apóstoles a evangelizar el sureste de España, junto con Torcuato, Tesifonte, Indalecio, Segundo, Cecilio e Isicio. Luego, fue el que trajo la fe a nuestra tierra jienense, en el año 44 del siglo I y que murió martirizado en Iliturgi en el año 57. A petición del por entonces Obispo de Jaén, Don Sancho Dávila y Toledo, fue declarado patrón de la Diócesis por el papa Clemente VIII en el siglo XVII.