Coincidiendo con la festividad de San Josemaría Escriva, fundador del Opus Dei, la Santa Iglesia Catedral de Jaén acogió, como cada año, una celebración eucarística de Acción de Gracias, presidida por el Vicario General y Deán de la Seo jiennense, D. Francisco Juan Martínez Rojas.
La Seo jiennense, contó con numerosa presencia de miembros del Opus Dei, que quisieron celebrar la festividad de San Josemaría, cuando se cumplía, este lunes, 26 de junio, el cuadragésimo segundo aniversario de su fallecimiento.
Un gran cuadro de San Josemaría presidia el presbiterio, en el que junto al Vicario General, quisieron concelebrar otros sacerdotes de la Prelatura del Opus Dei, así como algunos canónigos de la Catedral.
Homilía
D. Francisco Juan Martínez Rojas comenzó su homilía recordando que «la memoria litúrgica de San Josemaría Escrivá nos reúne en torno al altar para recordar su santidad». Para continuar perfilando la figura la santidad de Escrivá de Balaguer con estas palabras: «San Josemaría superó admirablemente las férreas barreras de su tiempo, fuera y dentro de la Iglesia, para ir al núcleo más esencial del mensaje cristiano y proponer de manera tan profética lo que hoy vemos como normal –la llamada universal a la santidad».
Sobre esa llamada de todo cristiano a la santidad desde su lugar de trabajo, desde su día a día, como promulgaba el fundador del Opus Dei, el Deán de la Catedral quiso seguir profundizando, «La santidad no puede estar en la huida, en la dejación de la tarea que Dios ha encomendado al hombre en los albores de la historia de la humanidad. La santidad, en su hondura más auténtica, radica en sentirse gozosamente hijos de Dios, y como nos recordaba San Pablo escribiendo a los romanos, saber que somos herederos de Dios y coherederos con Cristo».
Cuando se cumplen 25 años desde su beatificación y 15 desde su canonización, ambas durante el Pontificado de San Juan Pablo II, D. Francisco Juan Martínez Rojas quiso resaltar esa ‘nueva visión’ de San Josemaría de santificarse desde la cotidianeidad, «Consciente de la trascendencia y el inusitado alcance de esta nueva visión de la fe, San Josemaría pudo escribir: Piensa en lo que dice el Espíritu Santo, y llénate de pasmo y de agradecimiento: nos ha elegido, antes de crear el mundo, para que seamos santos en su presencia».
Para concluir, y en el centenario de las apariciones de Fátima, recordando que San Josemaría visitó en numerosas ocasiones el Santuario portugués, el Vicario General quiso poner de manifiesto la devoción de Escrivá de Balaguer a la Madre de Cristo: «El fundador del Opus Dei descubrió que nadie puede ser verdaderamente cristiano y auténticamente católico si no hace como el apóstol San Juan al pie de la cruz, es decir, si acoge a María en su intimidad, si no la hace parte de su propia vida, si no es profunda, gozosa y santamente mariano. Ésa es la voluntad del Hijo, de Cristo, para con su Madre, la Santísima Virgen, y para con sus hermanos, que somos nosotros».
Al finalizar la Santa Misa, que contó con la participación del Coro de San Ildefonso, bajo la dirección de D. Alfonso Medina, fueron muchos los que se acercaron hasta el presbiterio para besar una reliquia de San Josemaría.