La religiosa sor Antonia García Méndez, natural de Jabalquinto (Jaén) ha sido distinguida con la «Cruz Pro Ecclesia et Pontifice». Sor Antonia, que profesó en la Congregación de Hermanas Trinitarias de Valencia en 1967, ha dedicado toda su vida a los más pobres, en España, en Colombia, y también en la «Villa Miseria» de Wilde, en Buenos Aires, Argentina. Pero donde más tiempo ha pasado ha sido en Córdoba, donde lleva 25 años cocinando, cada día, en el Comedor Social «San Juan Bautista de la Concepción», que los Padres Trinitarios tienen junto a su Convento, en la Ronda del Marrubial.
Sor Antonia ha ido a Roma, por primera vez en su vida, para recibir la alta distinción pontificia en la Ciudad del Vaticano. Monseñor Fernando Vérgez, Secretario General del «Governatorato» del Estado Vaticano, presidió la Eucaristia en la Capilla del Governatorato (sita tras el abside de la Basílica de San Pedro) e impuso la Cruz a sor Antonia, quien estaba acompañada por la Madre General de las Trinitarias de Valencia, sor Natividad Mora y por todo el Consejo General de la Congregación. Entre los concelebrantes, el Vicario general de los trinitarios, el también giennense Pedro Aliaga, y varios padres trinitarios de las comunidades romanas. Acompañaron a sor Antonia la Madre General de las Trinitarias de Roma, con varias religiosas de su instituto, y una representación del Instituto de la Santísima Trinidad («Trinitarias de Madrid»).
Sor Antonia García Méndez, mujer sencilla y laboriosa, es universalmente conocida y querida en Córdoba. Ella es el punto de referencia indiscutible del Comedor Trinitario. Pocos días después de su regreso de Roma, la sociedad cordobesa le ha tributado un homenaje, concediéndole el premio «Averroes de Oro», que ha recibido en el Teatro Góngora el 15 de diciembre.