El Obispo jiennense participa en las Jornadas de formación para la misión de la Diócesis de Tenerife

Diócesis de Jaén
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La diócesis de Jaén es una iglesia particular española sufragánea de la archidiócesis de Granada. Sus sedes son la Catedral de la Asunción de Jaén y Catedral de la Natividad de Nuestra Señora de Baeza.

Con una gran participación de laicos y representantes de la vida consagrada, se están desarrollando durante esta semana, las Jornadas de Formación para la Misión. Esta iniciativa de la Diócesis de Tenerife, nace para un eslabón en el camino misionero que ha emprendido esta Iglesia cuatro veces insular.
La tarde del lunes se inició, tras la acogida, con una experiencia y representación en torno al Año de la Misericordia. Los alumnos de cuarto de la ESO del colegio Hispano Inglés, acompañados de sus profesores, realizaron una coreografía con el tema central del espectáculo «alegría» del afamado Circo del Sol.

Posteriormente, como hiciera por la mañana con el Clero, el Obispo de Jaén, Don Amadeo Rodríguez compartió con los presentes la experiencia de una misión diocesana en Plasencia, de donde fuera Obispo hasta su llegada a Jaén el pasado mes de mayo. Este «modelo» de misión, junto con otras iniciativas de América latina está sirviendo como referencia en la marcha misionera de esta diócesis.

Monseñor Rodríguez Magro destacó que todo el pueblo de Dios realiza la misión. Citando la Evangelii Gaudium 120 resaltó que «en virtud del Bautismo recibido, cada miembro del Pueblo de Dios se ha convertido en discípulo misionero. Cada uno de los bautizados, cualquiera que sea su función en la Iglesia y el grado de ilustración de su fe, es un agente evangelizador, y sería inadecuado pensar en un esquema de evangelización llevado adelante por actores calificados donde el resto del pueblo fiel sea sólo receptivo de sus acciones. La nueva evangelización debe implicar un nuevo protagonismo de cada uno de los bautizados. Esta convicción se convierte en un llamado dirigido a cada cristiano, para que nadie postergue su compromiso con la evangelización, pues si uno de verdad ha hecho una experiencia del amor de Dios que lo salva, no necesita mucho tiempo de preparación para salir a anunciarlo, no puede esperar que le den muchos cursos o largas instrucciones. Todo cristiano es misionero en la medida en que se ha encontrado con el amor de Dios en Cristo Jesús».

Don Amadeo hizo un recorrido sobre la “pre-misión” destinada a preparar la aventura espiritual y pastoral que supone una misión diocesana. La primacía de la gracia, el tiempo común de discipular, el horizonte de la santidad, tener una mochila con un adecuado pack, el sentido social, etc. fueron algunos de los aspectos subrayados por el prelado. «Todos estamos llamados a crecer como evangelizadores»- aseveró.

En la segunda parte de su intervención se introdujo en el tiempo específicamente misionero, en su preparación inmediata y su desarrollo, concentrado o no, en una intensa semana misionera, con iniciativas de todo tipo, sociales, culturales, lúdicas, espirituales, etc.

Como exhorta el papa Francisco, “Hoy que la Iglesia quiere vivir una profunda renovación misionera, hay una forma de predicación que nos compete a todos como tarea cotidiana. Se trata de llevar el Evangelio a las personas que cada uno trata, tanto a los más cercanos como a los desconocidos. Es la predicación informal que se puede realizar en medio de una conversación y también es la que realiza un misionero cuando visita un hogar. Ser discípulo es tener la disposición permanente de llevar a otros el amor de Jesús y eso se produce espontáneamente en cualquier lugar: en la calle, en la plaza, en el trabajo, en un camino”.

Ahora bien, «ya que no basta la preocupación del evangelizador por llegar a cada persona», el Evangelio también se anuncia a las culturas en su conjunto (E.G.133). En este sentido, el Pastor de la Diócesis del Santo Reino volvió a subrayar “no se puede perseverar en una evangelización fervorosa si uno no sigue convencido, por experiencia propia, de que no es lo mismo haber conocido a Jesús que no conocerlo, no es lo mismo caminar con Él que caminar a tientas, no es lo mismo poder escucharlo que ignorar su Palabra, no es lo mismo poder contemplarlo, adorarlo, descansar en Él, que no poder hacerlo. No es lo mismo tratar de construir el mundo con su Evangelio que hacerlo sólo con la propia razón”.

“Sabemos bien que la vida con Él se vuelve mucho más plena y que con Él es más fácil encontrarle un sentido a todo. Por eso evangelizamos. El verdadero misionero, que nunca deja de ser discípulo, sabe que Jesús camina con él, habla con él, respira con él, trabaja con él. Percibe a Jesús vivo con él en medio de la tarea misionera. Si uno no lo descubre a Él presente en el corazón mismo de la entrega misionera, pronto pierde el entusiasmo y deja de estar seguro de lo que transmite, le falta fuerza y pasión. Y una persona que no está convencida, entusiasmada, segura, enamorada, no convence a nadie”. (EG 266).

Cuando la diócesis de Plasencia estaba analizando el itinerario recorrido, se produjo el traslado de Amadeo Rodríguez a Jaén, por lo que, en este momento, el nuevo periodo de la llamada post-misión está pendiente de proseguir con quien sea nuevo obispo.

Por último, el Obispo de Tenerife, Don Bernardo Álvarez se congratuló de la participación de más de 450 personas en esta propuesta formativa, al tiempo que felicitó a los presente y les animó a proseguir en la senda emprendida.

(Fuente: Obispado de Tenerife)

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