Bailén ha sido este año la localidad elegida por la Delegación Episcopal de Infancia y Adolescencia para celebrar el VII Encuentro diocesano de niños y monaguillos, que ha reunido en la Parroquia de la Encarnación de Bailén a más de 1.000 personas, entre niños, monaguillos, catequistas, kairós, acompañantes, seminaristas y sacerdotes.
El Obispo diocesano entraba en La Encarnación pasadas las 10 y media de la mañana, y se encontraba con una ovación multitudinaria de todos los participantes que ya aguardaban su llegada y la celebración de la Eucaristía como inicio de su Encuentro. Antes de revestirse, Don Amadeo Rodríguez Magro se dirigió a los niños y monaguillos para saludarles y darle un mensaje de acogida. Junto con un niño, que quiso subir al presbiterio, el Obispo les dijo a los participantes del encuentro, que el silencio «estaba lleno de Dios»; a la vez que recordó que «en ese silencio de la oración es donde se encuentra uno con Dios».
A continuación, el vicedelegado de Infancia, D. Pedro Criado quiso dar la bienvenida, una por una a todas las Parroquias de la Diócesis. «A todos nos gusta vivir como amigos de Jesús, y es para eso para lo que hemos sido convocados en esta ciudad de Bailén, que hoy nos acoge. Porque hemos sido congregados en Su nombre, bajo la protección de María, su Madre, bajo la advocación de Zocueca».
Criado Menor siguió su alocución diciendo «Caminamos en tiempo de Cuaresma, hemos iniciado este peregrinaje de misericordia, para prepararnos para la gran fiesta cristiana de la Resurrección del Señor. Hoy vamos a pasárnoslo muy bien aprendiendo a ser más amigos del Señor y más amigos entre nosotros». Antes de concluir, quiso dar las gracias a todos los que han podido hacer posible esa jornada, reuniendo a más de mil personas: a las parroquias de la Diócesis que se habían implicado enviado a los niños y monaguillos, a las parroquias de Bailén que acogían el encuentro, al Ayuntamiento de Bailén, a la policía local, protección civil y a los sacerdotes que venían a acompañar a sus feligreses y a participar en este encuentro.
Después tomó la palabra el sacerdote, D. Juan Antonio Marín Linares, director del Secretariado de Monaguillos de la Diócesis y párroco de Ibros, quien inició sus palabras pidiendo un aplauso a los asistentes para «el mejor amigo que tenemos, que se llama Jesús». Finalmente, el párroco de La Encarnación y Vicario de Evangelización, D. Juan Ignacio Damas, también dio la bienvenida a Bailén y a su parroquia.
Eucaristía
La Santa Misa dio comienzo con la procesión de inicio de los más de doce sacerdotes que concelebraron, a la que precedieron una treintena de monaguillos y que cerraba el Obispo de Jaén.
Toda la Eucaristía estuvo acompañada por los cantos de la Coral de La Encarnación y el Coro parroquial del San José Obrero, ambos templos parroquiales de Bailén.
El Obispo del Santo Reino, quiso al inicio de la celebración eucarística recordar y enviar un cariñoso saludo a los más de cien niños que no pudieron asistir a este VII Encuentro diocesano por falta de aforo.
Tras las Lecturas, Monseñor Rodríguez Magro se dirigió a los monaguillos y jóvenes diciéndoles: «Hay que hablar cada día con Jesús. Pero también hay que dejarle que hable Él. Un cristiano es aquel que se siente muy querido, muy amado por Jesús y que quiere a Jesús, y lo quiere en todos los momentos de su vida». El Obispo continuó sus palabras «Jesús nos dice que somos sus amigos, pero además nos lo dice a todos y cada uno de nosotros. Si somos amigos de Jesús tenemos que aprender de Él, porque Jesús ha venido a enseñarnos a vivir, a enseñarnos a ser felices, nos ha traído el amor de Dios y tenemos que aprender cómo vivir. Pero para ello, hay que tener una buena relación con Él: rezando, hablando con Él y escuchando lo que Jesús nos dice». Y concluyó su homilía, diciendo a los presentes que «Jesús tiene una Madre, y Ella, la Virgen María siempre nos dice ‘Haced lo que Él os diga'».
En las ofrendas, junto con el Pan y el Vino, los niños presentaron al Obispo la luz y una cesta con objetos que iban a formar parte de las dinámicas, talleres y juegos que se iban a desarrollar a lo largo del día.
El prelado jiennense también tuvo unas palabras para los monaguillos que participaron en el Encuentro, alentándoles en su labor como monaguillos y animándoles a mirar en su corazón si hay una llamada personal de Cristo en su vocación cristiana hacia el sacerdocio.
Antes de finalizar, los niños y monaguillos así como los asistentes congregados en el VII Encuentro de Niños y Monaguillos sorprendieron a Don Amadeo cantándole cumpleaños feliz, ya que este domingo cumplía 71 años el Obispo de Jaén. Ante esta muestra de cariño, el Obispo, emocionado, quiso dar las gracias a todos.