Fue el pasado mes de noviembre, y coincidiendo con la Semana Contra la Pobreza y la Jornada de las Personas sin Hogar, cuando el Obispo diocesano, Don Amadeo Rodríguez Magro, visitaba el Hogar de Santa Clara, para personas sin hogar y uno de los miembros, en nombre del resto de sus compañeros, invitaba al Prelado a pasar la Nochebuena con ellos.
El Obispo no tardó mucho en contestar, y su respuesta fue afirmativa. Él y su hermana pasarían la entrañable y familiar Nochebuena con la familia del Hogar Santa Clara, que este año cumplen su décimo aniversario.
Poco antes de las nueve de la noche llegaba Don Amadeo hasta el Convento de Santa Clara, en plena judería, para saludar a las hermanas clarisas y desearles una noche de paz y una feliz Navidad. A continuación, se dirigió hasta el Hogar, ubicado en las instalaciones del convento.
Allí lo esperaban la veintena de personas sin hogar y los familiares de algunas de ellas, que también quisieron participar en esta importante cena, para celebrar el nacimiento del Mesías. También acudieron a la cena de Nochebuena las religiosas de San José de Gerona, colaboradoras y voluntarias de este Centro y que como parte de su apostolado trabajan muy de cerca con las personas del Hogar, así como voluntarios, y el director de Cáritas diocesana, D. Rafael López Sidro.
Los residentes mostraron su alegría al ver a Don Amadeo, quien entabló con ellos una distendida conversación a la vez que se interesó por la situación de algunos de ellos, que ya conocía de sus anteriores visitas.
Por su parte, los miembros del Hogar alabaron el gesto del Obispo, y explicaron que para ellos era una alegría y un honor poder compartir la Nochebuena con el Prelado y su hermana.
El Obispo, antes de sentarse a cenar, quiso bendecir la mesa. Teniendo un recuerdo especial para aquellos que viven solos y sin familia. Del mismo modo, recordó que ellos eran una familia y que él quería compartir con ellos y con su familia esta cena. Don Amadeo tuvo unas palabras sobre el verdadero sentido de la Navidad, antes de comenzar la cena, y recordó, que en la noche que se rememora el nacimiento del Niño Jesús, deben saber que hay muchas razones y motivos para ser feliz. Que deben ser felices, porque a pesar de las vicisitudes de la vida, de los momentos de oscuridad por los que han pasado, ahora viven bajo un techo que se ha convertido en un hogar, acompañados por gente que los quiere, los valora y le da el calor de una familia. Y que es la luz del mundo, que nace esa noche, quien llenará de luz su corazón.
La cena, muy navideña, con canapés, algo de marisco y pescado como plato fuerte, se desarrolló en un ambiente muy cordial, distendido y festivo. No faltaron los villancicos, los turrones y los mantecados. El Obispo se mostró muy cercano y familiar con todos y se marchó un poco antes de la medianoche para presidir la tradicional “Misa del Gallo” en la Catedral de Jaén.