El domingo la Diócesis de Jaén se tiñe de verde en el inicio del Jubileo de la Esperanza

Diócesis de Jaén
Diócesis de Jaénhttp://diocesisdejaen.es/
La diócesis de Jaén es una iglesia particular española sufragánea de la archidiócesis de Granada. Sus sedes son la Catedral de la Asunción de Jaén y Catedral de la Natividad de Nuestra Señora de Baeza.

La cita de la Iglesia diocesana de Jaén es este domingo, a las 17 horas en la Basílica de San Ildefonso de la capital, donde arrancará la celebración de la apertura diocesana del Año Santo.

Desde allí y tras la lectura de la bula del Papa Francisco, el Obispo y el pueblo cristiano al que pastorea, emprenderán una peregrinación hasta la Catedral. Cristo, como cabeza. Será la talla del Cristo de las Misericordias de la Catedral la que encabece esa procesión. Una talla con mucha devoción en la capital, que data de la primera mitad del siglo XVI y está atribuida a Gutierre Gierero.

Una vez atravesada la puerta del perdón de la Catedral, que se prevé tenga lugar en toro a las 18:00 horas, tendrá lugar el resto de la celebración con la que se da por inaugurada el Año Jubilar de la Esperanza y a la que han confirmado su asistencia numerosas autoridades de toda la provincia.

Por delante, una peregrinación de 373 días, hasta el 6 de enero de 2026, en el que los cristianos de Jaén y toda la sociedad en su conjunto está llamada a vivir la esperanza. La Iglesia particular de Jaén lo hará por todo lo alto. Con actividades de carácter celebrativo, cultural, espiritual… Un templo jubilar, la Catedral y algunos jubileos extraordinarios, como será el que se celebre en el hospital, en la cárcel, en el Hogar de Santa Clara o en la residencia de ancianos de las Hermanitas de los Pobres.

El perdón como gracia jubilar

En el plano espiritual, podrán confesarse y ganar las indulgencias que este tiempo santo lleva aparejadas. Un tiempo de alegría también para nuestra alma, que recibiendo el perdón puede comenzar de nuevo. Y es que el carácter de reconciliación de este año de gracia ya se subrayaba en la Bula de convocación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia de 2015, el Papa Francisco subrayaba cómo la Indulgencia adquiría en ese contexto «una relevancia particular» (Misericordiae vultus, 22), ya que la misericordia de Dios «se transforma en indulgencia del Padre que a través de la Esposa de Cristo alcanza al pecador perdonado y lo libera de todo residuo, consecuencia del pecado». Asimismo, para este Jubileo, el Santo Padre ha subrayado que el don de la Indulgencia «permite descubrir cuán ilimitada es la misericordia de Dios. No sin razón en la antigüedad el término “misericordia” era intercambiable con el de “indulgencia”, precisamente porque pretende expresar la plenitud del perdón de Dios que no conoce límites» (Spes non confundit, 23). La indulgencia, por tanto, es una verdadera gracia jubilar.

Actos de esperanza

La exposición The Mistery Man o la procesión magna del próximo mes de octubre serán algunos de los hitos de este año. Pero no se puede olvidar el carácter caritativo y solidario de este Año Santo. La vivencia personal y comunitaria del Jubileo también trae consigo el compromiso social. Un compromiso que el secretariado para el Jubileo de la Conferencia Episcopal Española ha querido concretar en un proyecto social, que ha encargado a la Comisión para la Pastoral Social y Promoción humana.

El responsable del departamento de Trata de personas dentro de esta Comisión, Mons. Javier Vilanova Pellisa explica el sentido del año jubilar y la necesidad de una vivencia del Jubileo abierto a los demás, con especial mirada a los que más sufren.

Este proyecto social para el Jubileo tiene como claves:

Visibilizar: La realidad de la trata de personas, la explotación sexual y laboral, como un signo de los tiempos. Conocer la labor y respuesta de la Iglesia, que desde hace años vienen dando las diversas congregaciones religiosas y proyectos de Cáritas, acogiendo a las personas heridas por el drama que han vivido, acompañado sus procesos y restaurando su dignidad agraviada, además de contribuir a prevenir, sensibilizar y concienciar. Conoceremos también los desafíos y retos que se nos presentan para, entre todos, caminando juntos, podamos construir un mundo de mujeres y hombres libres, sin personas explotadas y esclavizadas.

Reflexionar y orar: Se ofrecerán recursos para motivar la reflexión y la oración sobre estas realidades de sufrimiento que necesitan y reclaman de nosotros, como Iglesia, ese “clima de esperanza y confianza, como signo de un nuevo renacimiento”.

Compromiso: Para quienes se sientan motivados a adquirir un compromiso, se ofrecerán orientaciones.

Aportación económica: Se ofrecerá la posibilidad de realizar alguna aportación económica que irá destinada a las diversas entidades.

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