Desde la serenidad, difícil para mí en fechas pasadas, y ante toda la repercusión que han tenido en los medios de comunicación y en las redes sociales mis palabras, en la homilía del pasado domingo, quiero dejar claro que nunca he hecho apología de la violencia de género. Por desgracia, algunos han interpretado que, con mis palabras, aprobaba que se pegara a la mujer y condenaba que se las matara. Ambas opciones son totalmente inaceptables.
Jamás justificaré ninguna clase de violencia ni verbal ni física contra las mujeres. Tan sólo intenté explicar que la ausencia de valores morales en nuestra sociedad conduce a tragedias como la violencia de género. Nunca he defendido ni voy a defender ningún tipo de violencia, como Cristo nos enseña en el Evangelio.
Pido perdón a todas las personas que se hayan podido ofender por mis comentarios sobre este tema pero reitero mi absoluta condena a toda clase de violencia contra la mujer.
Pedro Ruiz Calvente