
El pasado martes, 14 de octubre, el ambiente era de fiesta, gratitud y profunda emoción en el colegio Guadalimar – Altocastillo. Como broche de oro a la celebración de su 50º aniversario, tuvimos el inmenso honor de recibir la visita de nuestro Obispo de Jaén, Don Sebastián Chico Martínez.
Este encuentro no solo marcó el final de un año de celebración, sino que subrayó el espíritu y los valores que han definido a nuestro colegio durante medio siglo: la formación integral de personas y la colaboración inquebrantable entre familia y colegio. La jornada se configuró como una entrañable cita con la fe y la historia, donde la gratitud fue la protagonista indiscutible.
Un Corazón en el Servicio y la Familia
El centro de la visita fue la emotiva Misa de Acción de Gracias oficiada por nuestro Obispo, Don Sebastián Chico Martínez. En una homilía profundamente inspiradora, D. Sebastián enfatizó el carácter fundacional del colegio, reconociendo el esfuerzo de quienes hicieron posible este sueño y los que hoy lo mantienen. «Estamos de celebración por el 50 aniversario de Guadalimar – Altocastillo,» comenzó, destacando que lo que se celebra es «una historia viva de tantos hombres y mujeres que encontraron aquí y encontráis aquí una gran familia».

El Prelado jiennense rindió un sentido homenaje a las primeras familias “que no solo buscaban académico sino la formación de personas íntegras, solidarias, un testimonio de que Dios ha estado siempre presente en la vida de estos colegios”.
Su mensaje se centró en la esencia de la educación que se imparte en Guadalimar- Altocastillo: «Educar no solo cabezas sino educar corazones en la alegría del servicio, la importancia que tiene la familia y el encuentro con Dios”. Fue una llamada a seguir formando alumnos con visión trascendente, que pongan sus talentos al servicio de la sociedad.
La liturgia estuvo marcada por un hecho histórico y profundamente simbólico: por primera vez en 50 años, la venerada imagen de la Virgen de la sede Guadalimar fue descendida de su retablo. Esta cercanía sin precedentes permitió a toda la comunidad tenerla muy cerca de nosotros, creando un ambiente de intensa devoción y gratitud. Además, la sagrada imagen se convirtió en el epicentro de un reencuentro emotivo, siendo visitada por antiguos alumnos, antiguos profesores y familias a lo largo de toda la pasada semana.
Tras la ceremonia, la visita continuó con una tertulia del Pastor diocesano con los alumnos que se preparan para recibir la Primera Comunión y el Sacramento de la Confesión. En un ambiente de cercanía y sencillez, los pequeños pudieron interactuar con nuestro Obispo de Jaén, un encuentro que, sin duda, quedará grabado en sus corazones como un recuerdo fundamental en su itinerario de fe.
Mirando al Futuro con Gratitud y Esperanza
La visita de Monseñor Chico Martínez a Guadalimar – Altocastillo se convirtió en una inyección de energía y un reconocimiento a la labor de padres, profesores y personal no docente. Las palabras del Obispo de Jaén resonaron como un eco de agradecimiento «por los que soñaron este proyecto, y los que mantuvieron este proyecto y los que hoy lo siguen haciendo posible».

El cierre de nuestro 50º aniversario no es un punto final, sino un punto y seguido. Con el respaldo y la bendición del Obispo, la comunidad de Guadalimar – Altocastillo mira hacia el futuro con la firmeza de sus valores, renovando su compromiso de seguir siendo ese espacio donde se educan cabezas y, sobre todo, corazones, formando a las personas íntegras y solidarias que la sociedad del mañana necesita.
La visita ha dejado un legado de gratitud y la certeza de que, en esta gran familia, la fe, el servicio y la excelencia continuarán marcando la senda de los próximos 50 años.
Comunicación Guadalimar – Altocastillo
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