El pasado viernes, fiesta de la Cátedra de San Pedro, la Iglesia de Jaén oró unida en la Parroquia de Santa Isabel. Hasta allí se trasladó el Obispo de Jaén para presidir una Eucaristía y acompañar a esta comunidad parroquial, que el pasado sábado sufría el doloroso robo de una hostia consagrada y cuatro formas para celiacos.
Fueron muchos los jiennenses de otras Parroquias quienes quisieron participar en esta Misa de desagravio. También estuvieron presentes las Hermanas del vecino colegio del Sagrado Corazón, el presidente de Cáritas diocesana, Rafael López Sidro así como miembros del grupo de jóvenes Given Faith. Un templo abarrotado que esperaba el consuelo del Pastor diocesano ante los tristes hechos cometidos contra el Santísimo.
El Obispo quiso comenzar diciendo que la comunidad parroquial había dado en esos momentos, tras conocerse el robo, un “testimonio de fe”. Ya que “salisteis a la calle y encontrasteis a Cristo roto, Cristo herido y era Él a quien buscabais”. En este sentido el Obispo recordó que Cristo Eucaristía se queda con nosotros para “compartir con nosotros la vida, nuestros sentimientos, nuestros dolores y alegrías…”. Don Amadeo insistió, “ Lo que quiero resaltar de la gente, en medio del dolor; en medio de una sociedad en la que vivimos, que ha perdido el sentido de Dios, es que Cristo está verdaderamente presente en la Eucaristía. Cada vez que celebramos la Eucaristía es el amor redentor de Dios, el misterio pascual, el que se actualiza”.
El Prelado del Santo Reino predicó unas palabras llenas de bálsamo para los fieles de esta Parroquia que habían pasado una semana muy dura. Por eso, Don Amadeo quiso recordar que “lo más importante de la religión católica no es que el hombre busque a Dios, sino que es Dios mismo quien sale al encuentro del hombre”.
El Obispo quiso poner de relavencia que el acto de desagravio que estaban celebrando no estaba relacionado con el odio, desprecio, rechazo, sino todo lo contrario, estaba relacionado con el amor y el perdón, recordando las palabras de Cristo en la Cruz, «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen», “ya que el perdón es la máxima expresión del amor”.
Sus palabras finales en la predicación estuvieron dedicadas a María, en su advocación de la Santísima Trinidad, ya que según Don Amadeo, “quien más sufre por un hijo es su Madre”. Por lo que pidió también tenerla presente en estos momentos.
La celebración estuvo participada en las lecturas por miembros de la comunidad de Santa Isabel y contó con el acompañamiento musical del coro parroquial.
Al finalizar la Misa, se expuso el Santísimo Sacramento. Hubo adoración y unos momentos de profundo recogimiento. El Obispo hizo una oración de desagravio. Al finalizar, dio las gracias por una celebración tan piadosa y la asistencia de tantas personas que habían querido estar presente en esa oración al “amor de los amores”. El párroco, D. Francisco Carrasco agradeció su presencia y apoyo en este trance, que los files respondieron con un gran aplauso.