Hasta el próximo mes de junio, unos 200 internos de la prisión Jaén II participarán en alguno de los talleres que Cáritas organiza a través de su Programa de Reclusos. Se trata de ofrecer actividades terapeúticas, de ocio y formativas en un entorno en el que sobran momentos de soledad y espacios que llenar. Para Cáritas, ofrecer herramientas que faciliten la inserción social de las personas privadas de libertad es objetivo prioritario.
Los primeros talleres ya han comenzado a impartirse en el centro. Son los dedicados a Habilidades sociales o relajación musical y a los que seguirán otros sobre lenguaje de signos, cine o iniciación al inglés. En total, son diecisiete talleres en los que colaboran 28 voluntarios y en los que, en principio, son 204 los alumnos matriculados. «Este año continuamos con el trabajo iniciado el año pasado y que es posible gracias a la colaboración de muchos voluntarios, la mayoría de ellos alumnos de la Universidad que colaboran con nosotros gracias al acuerdo alcanzado con esta institución», explica Francisco Oya, responsable del Programa de Reclusos. Como trabajo previo, los voluntarios reciben formación sobre cultura carcelaria y la identidad Cáritas.
Cáritas está presente en el Centro Penitenciario de Jaén desde hace casi dos décadas. Su trabajo se centra en acompañarlos no sólo durante su estancia en prisión, sino también, una vez salen y emprenden el difícil camino de su reincorporación a la sociedad. En este sentido, en 2013 se ponía en marcha el Proyecto Nazaret, una iniciativa destinada, prioritariamente, a aquellos internos con elevado riesgo de exclusión social y con los que se desarrolla un proceso de intervención mucho más amplio que incluye entrevistas y asesoramiento, terapias de grupo o mediación familiar.