“Abrid las puertas a Cristo”, con estas palabras de S. Juan Pablo II concluía la homilía D. Carmelo Lara, en la Eucaristía celebrada en la parroquia de S. Juan de la Cruz. Celebración con la que finalizaban los actos de recepción de la Cruz de la Misión Diocesana en La Carolina.
Con anterioridad la Misión diocesana ha sido presentada especialmente a los Consejos Parroquiales, catequistas, Agrupación de Cofradías y padres de niños de catequesis y al resto de la feligresía.
El Señor nos llama a continuar su misión desde los dones recibidos para nuestro crecimiento y que nos impulsan a anunciarlo, nos llama desde todos los ámbitos de la vida para mejorar el mundo siendo testigos de su amor hoy.
La Cruz fue recibida en estas tierras en primer lugar en la parroquia de S. Carlos Borromeo, procedente de Aldeaquemada donde el párroco D. José Luis Martínez Poyatos la acogió junto con la comunidad y hubo un tiempo de oración ante ella. En S. Carlos los fieles congregados oraron ante el Santísimo y participaron en la eucaristía presidida también por su párroco D. José L., quien al comentar la Palabra de Dios hizo una reflexión sobre el sentido cristiano de la Cruz y el envío misionero del Señor a todos los creyentes. La Cruz continuó su itinerario carolinense pasando a la parroquia de La Inmaculada cuyos parroquianos la acogieron y rezaron la oración de la recepción de la Cruz ante el Señor y participaron en la eucaristía. Desde allí partió a la mañana siguiente a El Centenillo, antiguo pueblo minero. Fue recibida en la capilla de Villa Paz, donde un pequeño grupo de cristianos con su párroco D. Carmelo tuvieron un encuentro con el Señor a través de la oración y el silencio haciéndose así también presente la Cruz Misionera en estos hermosos parajes de Sierra Morena desde donde partió de nuevo a La Carolina para seguir animando a las parroquias a que vivan la alegría del Evangelio y se preparen para llevar la Buena Noticia a todos. En medio de la vida cotidiana de nuestros pueblos y ciudades, el Señor nos regala este tiempo de gracia para ayudarnos a sentirnos amados por Él, a tomar mayor conciencia de que como bautizados nos envía al mundo para transparentar su amor.
Con la recepción de la Cruz en nuestras feligresías comienza la Misión Diocesana, este impulso del Espíritu que pretenda avivar en cada uno de nosotros nuestro ser discípulos misioneros.
Los actos en La Carolina concluían con el traslado del Madero Santo desde la capilla de Nª Sª del Rosario al templo parroquial de S. Juan de la Cruz finalizando la visita a estas tierras de las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena. Un numeroso grupo de fieles, (niños padres, abuelos…) entre cantos y el rezo del Vía Crucis por los pequeños acompañaron a la Cruz por las calles. La pancarta que anunciaba “Las Carolina en Misión” iba seguida por la Cruz portada por los chicos. Ya en la parroquia hubo un tiempo de oración personal y comunitaria ante el Señor y terminaba la jornada con la celebración de la eucaristía, fuente y cumbre de la vida cristiana. D. Carmelo al dirigirse a la comunidad animó a no tener miedo en salir al mundo para llevar a todos la Buena Nueva y a participar como visitadores, anfitriones y misioneros.
Como el Papa Francisco ha dicho en la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá, que la Misión Diocesana que tendrá lugar en cada uno de nosotros y en nuestra parroquia nos lleve a ser puentes en la sociedad actual, a cultivar la cultura del encuentro con el Señor y con los hermanos.
Pedimos a María Inmaculada, patrona de estos lugares, que la luz del evangelio llegue a todos, que nuestras parroquias sean más evangelizadas y más evangelizadoras, que como nos dice nuestro Obispo, Don Amadeo, cada parroquia sea una misión y cada cristiano un misionero.
Pedro Fº. Criado Menor
La Carolina
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