Hoy, fiesta de San Juan Bosco, la familia salesiana de Jaén ha querido conmemorar el medio siglo de presencia en la capital. Lo han celebrado en la Catedral de Jaén, en la que han reunido a un importante número de files de la parroquia de San Juan Bosco, así como personas vinculadas a la obra social de esta congregación y fieles de la ciudad.
Una preciosa imagen de Don Bosco y San Domingo Savio se ha ubicado en el presbiterio para la celebración eucarística, que ha presidido el Obispo, Don Amadeo Rodríguez Magro, concelebrada por la comunidad salesiana de Jaén; el arcipreste de Santa María del Valle y el Delegado de la Pastoral Penitenciaria.
Las lecturas han estado participadas por miembros de la parroquia y el Evangelio ha sido proclamado por el párroco de San Juan Bosco, D. Juan Carlos Macías. El coro parroquial ha puesto la nota musical a la celebración.
El Obispo ha comenzado su predicación recordando el medio siglo “con la presencia de los salesianos entre vosotros”. A la vez que ha expresado, “la vida religiosa es una parábola de fraternidad en un mundo herido. Tener en una Diócesis congregaciones religiosas y asociaciones religiosas y carismas es un don para esta iglesia diocesana”. Dirigiéndose a los salesianos les ha dicho: “Vosotros sois fermento de fraternidad entre vosotros y con el mundo que os rodea. Miráis desde la fe y desde Dios las situaciones en las que vivimos”.
Después, el Prelado jiennense ha querido evocar la figura del fundador salesiano: “San Juan Bosco es una opción del Espíritu. Es siempre el Señor el que suscita dones para el mundo. Es un bien grande y magnífico para el mundo. Si situamos la obra de San Juan Bosco en su propio contexto social, fue en una sociedad muy difícil, que buscaba prosperidad y en medio de esa búsqueda iba dejando muchas víctimas a su paso, sobre todo de jóvenes y adolescentes. En ese contexto comenzó su misión Don Bosco”.
Para seguir diciendo, “San Juan Bosco que fue una aventura constante, ese bien ha llegado a nosotros en una presencia de una iglesia que se ha hecho casa abierta, casa acogedora, casa compartida, una casa que comparte el bien que recibe, que no es otro que Jesucristo”. En este sentido, Don Amadeo ha recordado que “Don Bosco, amigo y padre de los jóvenes es un reflejo de Jesucristo buen pastor”.
Para concluir, el Obispo ha querido pedir a San Juan Bosco “que su obra siga fructificado según su deseo, porque son tiempos muy difíciles en el ámbito de la educación. Es mucho lo que hoy hay hoy hay que hacer y mucha la creatividad que hay que poner, siempre apoyados en los valores de Cristo. San Juan Bosco reflejó en su vida el evangelio y la alegría de Cristo” para finalizar su homilía rogando que María Auxiliadora siga protegiendo a la familia salesiana.
Antes de la bendición, el párroco de San Juan Bosco ha querido elevar a Dios una acción de gracias por los frutos de la presencia salesiana en Jaén desde hace 50 años. Ha recordado a los Obispos de Jaén, desde Félix Romero Mengíbar hasta Don Amadeo y ha dado las gracias por poder seguir haciendo vida el sueño de Don Bosco.
El Prelado, antes de la bendición ha recordado su vinculación salesiana, ya que fue en la universidad que esta congregación tiene en Roma donde él se formó. Al concluir la Eucaristía muchos fieles han querido acercarse a la imagen del santo de la felicidad.