Con motivo de la Festividad de Nuestra Señora de la Merced, Patrona de las Instituciones Penitenciarias.
El Obispo de Huelva, José Vilaplana Blasco, presidió el viernes una Eucaristía en el Centro Penitenciario onubense con motivo de la Festividad de Nuestra Señora de la Merced, Patrona de las Instituciones Penitenciarias. La misa ha contado con la presencia de autoridades civiles y militares, así como directivos y funcionarios del centro.
En su homilía, el Obispo de Huelva ha querido agradecer, de forma especial, el trabajo que desempeñan los funcionarios y ha recordado que “en cada hombre existe la huella de Dios, esperando a ser manifestada. Como el ascua encendida se esconde tras la ceniza, así espera ser espabilada la llama que hay en cada preso, gracias a la ternura el amor con el que sean tratado”.
La Pastoral Penitenciaria, desarrolla en Huelva su labor a través de un Secretariado Diocesano que dirige el Padre Emilio Rodríguez Claudio, de la Orden de San Agustín, acompañado por el también agustino Padre Esteban Labrador de la Parte. Este secretariado está constituido por el director, los capellanes, un secretario y los distintos responsables de las áreas con atención en el interior del centro, repartidos por cada módulo: locutorio, correspondencia y paquetería, liturgia y evangelización, formación del voluntariado, pisos de acogida, atención a familiares, ex_reclusos, y tesorería.
Unos treinta y cinco voluntarios entre sacerdotes, religiosos y laicos, realizan su actividad principalmente en el centro penitenciario, visitando a los presos en los módulos que les corresponde dos veces en semana y realizando catequesis, talleres y otras actividades de acompañamiento y presencia.
La Pastoral Penitenciaria, además de realizar también seguimientos de casos concretos, siempre según la demanda de los propios reclusos, atiende y gestiona, con la colaboración de Cáritas Diocesana, dos pisos de acogida para varones y mujeres, donde los presos disfrutan de sus permisos de segundo y tercer grado y las libertades condicionales, y un piso tutelado donde los que ya están libres empiezan a caminar sus primeros pasos en libertad.