El Santo Padre saludó a la Hermandad Matriz de Nuestra Señora del Rocío en la audiencia general

«Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los miembros de la Hermandad matriz de Nuestra Señora del Rocío, acompañados por el obispo de Huelva», con estas palabras el Santo Padre se dirigió a la delegación de 70 personas que han peregrinado durante estos días a Roma, en representación de toda la familia Rociera, y que estuvieron presentes en la audiencia general del pasado miércoles, 12 de febrero, acompañados por el obispo de Huelva, José Vilaplana Blasco. La peregrinación ha durado cuatro días, desde el martes 11 al viernes 14 de febrero, manteniendo dos actos centrales. Por un lado, esta audiencia con el Papa y, en segundo lugar, en Santa María La Mayor.

En palabras de Juan Ignacio Reales, presidente de la Hermandad Matriz de Nuestra Señora del Rocío de Almonte, la peregrinación obedece a varios motivos. En primer lugar – ha explicado – en acción de gracias ante el Santo Padre porque el Rocío ha culminado el septiembre pasado su Año Jubilar, que se concedió por primera vez en la historia. Concedido por Benedicto XVI, comenzó el 15 de agosto de 2012 y se clausuró el 8 de septiembre de 2013. También querían mostrar la filial adhesión al Santo Padre e invitarlo a que conozca el Santuario del Rocío.

En la audiencia tanto el párroco, don Antonio Cepeda Lepe, el obispo de Huelva, monseñor José Vilaplana, como Juan Ignacio Reales, pudieron saludar al papa Francisco y entregarle varios obsequios, entre otros la medalla de oro de la Hermandad con la réplica de la Virgen del Rocío, unos libros sobre el Año Jubilar y el Rocío en general, así como unas estampas de la Virgen junto con una imagen del papa Francisco, preparadas específicamente para esta peregrinación. Además le han invitado a conocer el Santuario a lo que el Papa les ha respondido «que Dios quiera», que le encantaría conocer a la Virgen pero que si no «seguro que les visitará desde el purgatorio». La simpática respuesta del Santo Padre ha provocado las risas de los tres y le han respondido «Santidad, procure ir en vida».

A la basílica mariana acudieron la mañana del jueves, 13 de febrero, para celebrar con su párroco la eucaristía. Esta visita a la Basílica Mayor tiene su razón en el vínculo de afinidad espiritual que tiene el Santuario del Rocío con Santa María en Roma, a la que está agregada por decreto del cardenal arcipreste de dicha basílica, y por lo que tiene concedida la indulgencia plenaria de aquellos peregrinos que, cumpliendo con las correspondientes condiciones, acuden a las plantas de la Blanca Paloma.

Emoción, es la palabra que define el sentimiento de Juan Ignacio Reales al ser preguntado por el encuentro con el Santo Padre. «Participar en una audiencia siempre sobrecoge al ver la catolicidad de la Iglesia, con grupos de tantas partes», comenta Juan Ignacio. Además, tuvieron la suerte de que el grupo estaba bien situado en la plaza por lo que muchos de ellos han podido saludar y dar la mano al Papa. Asimismo, comenta que les ha sorprendido su calidez, su cercanía, el tiempo que ha dedicado a saludar a los enfermos, a las personas ancianos, a las parejas de recién casadas y otros grupos que se encontraban en la audiencia. «Ese no tener prisa, ese detenerse, las palabras de cariño con todo el mundo», destaca el presidente de la Hermandad. Emocionante también – afirma – la catequesis del día de hoy sobre la Eucaristía. Y finalmente, «agradecidos y emocionados» por el saludo específico que ha hecho a la Hermandad Matriz de la Virgen del Rocío.

Emociones que se unen también a las vividas frente a la tumba de San Pedro y la del beato Juan Pablo II en la Basílica de San Pedro, un papa muy querido por todos los rocieros, «porque fue el Papa que visitó el Santuario del Rocío». La primera referencia a un lugar de culto mariano en esta zona de Andalucía se remonta a la primera mitad del siglo XIV y se encuentra en el Libro de la montería de Alfonso XI, donde se menciona una «ermita de Sancta María de las Rocinas». Pero no fue hasta 1587 cuando Baltasar Tercero Ruiz funda en el templo una capellanía y, a mediados del siglo XVII, cambia el nombre de Santa María de las Rocinas por Virgen del Rocío. Es entonces cuando nacen las primeras hermandades y Almonte proclama a la Virgen patrona de la localidad.

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