El Obispo presidirá su primer Corpus en Huelva, un año más sin procesión, y bendecirá a la ciudad con el Santísimo desde la puerta de la Catedral onubense

En la imagen, el obispo emérito, José Vilaplana, en la bendición del pasado año, 14 de junio de 2020, en lo que fue su último acto público y un día antes de conocer la elección de Santiago Gómez Sierra como nuevo obispo de la Diócesis de Huelva.

La celebración de la Solemnidad del Corpus Christi en Huelva, presidida por el obispo Santiago Gómez, tendrá lugar en la S.I. Catedral,  a partir de las 11.00 h. del domingo.

Mons. Gómez Sierra repetirá el gesto de bendición con la Custodia desde la entrada de la Catedral en un año donde, nuevamente, no podrá procesionar por las céntricas calles de la capital.

Este próximo domingo, día 6 de junio, la Iglesia celebrará la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, que se hace coincidir con el Día de la Caridad y que este año, por segundo consecutivo, transcurrirá de forma muy diferente a la acostumbrada, debido a la situación provocada por la Covid-19, de manera que la misa, que será presidida por el obispo de Huelva, Santiago Gómez, en la Santa Iglesia Catedral (11.00 horas), tendrá lugar con las medidas correspondientes al nivel 3 de emergencia sanitaria.

A la celebración, que se desarrollará conforme a las medidas y restricciones por la pandemia, asistirán autoridades civiles y militares de la provincia, asociaciones eucarísticas, hermandades de la capital, así como representantes de pastorales diocesanas como el Apostolado Seglar, la Pastoral Familiar, la Pastoral de la Salud o Cáritas Diocesana de Huelva.

No habrá procesión por la pandemia, por lo que el obispo de Huelva, Santiago Gómez, al finalizar la Eucaristía, se dirigirá con el Santísimo a la puerta de entrada de la Santa Iglesia Catedral desde donde bendecirá a los onubenses. Los asistentes permanecerán en el interior del templo para evitar aglomeración de personas.

«La Iglesia es una comunidad esencialmente eucarística»

La fiesta del Corpus Christi fue instituida ya en la Edad Media para celebrar la presencia real de Jesucristo en el sacramento de la Eucaristía. Esa fiesta nos recuerda a todos nosotros cómo la Iglesia es una comunidad esencialmente eucarística. San Pablo nos dice que la Iglesia es el Cuerpo de Cristo, pero es así precisamente porque ella se nutre  y se alimenta del Cuerpo de Cristo que es la Eucaristía, de modo que al recibirlo cuando comulgamos nosotros nos hacemos también Cuerpo de Cristo. Por eso decimos que la Iglesia es una comunidad esencialmente eucarística. Sin Eucaristía la Iglesia sería otra cosa, pero no la Iglesia del Nuevo Testamento.

Al mismo tiempo, la tradición nuestra ha conectado siempre la celebración del Corpus con la del Día Nacional de la Caridad. Y eso es muy justo y perfectamente explicable porque la Iglesia siempre ha unido dos cosas: el compartir el Pan eucarístico lleva consigo la exigencia de compartir el pan de cada día. Por eso, la práctica eucarística y la práctica de la caridad no son dos cosas de las que pueda elegirse una marginando la otra, sino que vienen a ser como las dos caras de una misma moneda. De forma que  la práctica de la caridad es lo que da credibilidad y seriedad a la práctica eucarística y, al mismo tiempo, esta última es la que sitúa a la anterior en esa mediación de Cristo por nosotros.

Por último, tradicionalmente nosotros teníamos una manifestación pública en la calle, con la procesión más importante que ha tenido siempre la Iglesia, la del Corpus, y a la que asistían todas las hermandades y las asociaciones religiosas. Este año, por las consabidas circunstancias y por imposición de la autoridad sanitaria, no podrá  realizarse esa procesión. Sin embargo, la esencia de esta solemnidad no debemos perderla de vista: tomar conciencia de esa necesidad de la Eucaristía y de la práctica de la caridad con los hermanos. Eso haremos este año, en una celebración más modesta, dentro del templo catedralicio, y en la espera de que el año que viene, además de lo esencial, podamos tener también el complemento de la tradicional procesión que todos añoramos.

José Arturo Domínguez Asensio,
presidente del Cabildo Catedral.

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