Cáritas Diocesana de Huelva denuncia la cada vez más precaria situación laboral y social de las empleadas del hogar con motivo del Día Internacional de las Trabajadoras de Hogar que se celebra mañana, 30 de marzo.
En la actualidad se observa cómo las condiciones de trabajo empeoran. Es una situación que, aunque no generalizada, sí se da en este sector. Los casos más habituales son recortes salariales o negativa a dar de alta en la Seguridad Social o a cotizar las cantidades debidas, a abonar pagas extraordinarias, a disfrutar de los días establecidos como festivos, las vacaciones o el descanso semanal.
En esta situación de crisis del sector, Cáritas Diocesana de Huelva recibió durante el pasado año un total de 87 ofertas de empleada de hogar y logró cubrir un total de 46. El rechazo de las restantes 41 ofertas se debe en algunos casos a no tener a personas disponibles pero en la inmensa mayoría se debe a que no cumplían con los requisitos exigidos por Cáritas Diocesana de Huelva.
Precisamente es esta una de las principales denuncias que Cáritas Diocesana de Huelva hace con motivo del Día de las Trabajadoras de Hogar. Todavía es difícil mentalizar a los ofertantes sobre la necesidad de cumplir con la normativa en materia de dar de alta en Seguridad Social y un salario digno, como marca la legislación actual, razón por la cual no se cubren muchas de las ofertas recibidas.
Durante 2016 se han visto aumentadas estas ofertas con respecto a años anteriores.
Pobreza en los hogares
La pobreza en los hogares de mujeres trabajadoras del hogar se incrementa, las dificultades de las mujeres inmigrantes para renovar sus autorizaciones de trabajo por no cotizar o cotizar de manera insuficiente a la Seguridad Social aumentan, así como los despidos, que son cada vez más frecuentes.
Ante este sombrío panorama nos encontramos en contadas ocasiones con empleadores que sí reconocen la labor tan importante e imprescindible de este sector de trabajadoras del hogar, pues en muchas ocasiones son las personas que permiten que nuestros seres queridos estén debidamente atendidos por profesionales que favorecen y garantizan la conciliación de vida familiar y profesional.
El propio Papa Francisco habla de estos aspectos:
Por desgracia crece cada vez más la explotación del hombre por el hombre. Este fenómeno pisotea los derechos fundamentales de la persona y daña seriamente la vida y dignidad del ser humano…
Me refiero a tantos trabajadores y trabajadoras, incluso menores, oprimidos de manera formal o informal en todos los sectores, desde el trabajo doméstico al de la agricultura, de la industria manufacturera a la minería, tanto en los países donde la legislación laboral no cumple con las mínimas normas y estándares internacionales, como, aunque de manera ilegal, en aquellos cuya legislación protege a los trabajadores.
(Mensaje del Papa Francisco dentro de la Jornada Mundial de la Paz de este año)
Legislación esperanzadora
Cáritas Española, desde hace más de 20 años, desarrolla distintos proyectos dirigidos a dignificar las condiciones de trabajo de miles de mujeres de este sector en España. Estos proyectos van desde el desarrollo de acciones directas como la organización de cursos de formación, orientación e información a trabajadoras y la intermediación entre familias empleadoras y trabajadoras, hasta la reivindicación con otras organizaciones para la dignificación del sector, tanto a nivel local y nacional, como internacional.
La legislación española cambió en 2012 con un Real Decreto de mejora de la gestión y protección social de las empleadas del hogar. Estos cambios normativos constituyen una sustancial mejora para la dignificación del sector en España ya que se avanza en reivindicaciones históricas, como son la cotización desde la primera hora de trabajo, la obligación de dar de alta en la Seguridad Social a cargo de los empleadores, el reconocimiento del accidente de trabajo o el cobro de las bajas igual que en el resto de sectores. Sin embargo, quedan muchos aspectos sin regular, que hacen que el sector siga sin llegar a los mínimos que garantiza el estatuto de los trabajadores, como son la falta de tablas salariales, y sobre todo, el no reconocimiento del subsidio por desempleo.