La Navidad, o el Nacimiento del Señor, es una fecha muy señalada para los cristianos. Para muchos lo es de gran alegría. Sin embargo, para otros, no lo es tanto, ya que hay personas que se encuentran viviendo con la enfermedad en su vida y muchas de ellos están ingresadas en un hospital por este motivo, o tienen a algún familiar que se encuentra en esta situación.
Como capellán del Hospital comarcal de Baza, puedo decir que cada Navidad vivida en el Hospital me es muy diferente y a la vez muy enriquecedora espiritualmente. En la calle se vive totalmente distinto a como se puede vivir en un Hospital. Siempre son fechas de mucho ajetreo, de compras de última hora, de preparativos, cenas, regalos, de gastos a veces innecesarios, se palpa mucho consumismo… pero cuando se vive desde el ámbito hospitalario, surge un parón en nuestra vida, viviéndose la Navidad de otra manera. Es ahí donde el capellán hospitalario, juntamente con los profesionales y personal sanitario, intentan con su creatividad hacer más humanizada y más espiritual la Navidad.
El hospital se transforma no sólo en sus adornos exteriores sino también en los interiores. El personal sanitario, sobre todo de enfermería, engalana y adorna los pasillos y las entradas de las habitaciones con nacimientos y adornos navideños, muchas veces hechos por ellos mismos. Verdaderamente es sorprendente ver todo acondicionado y preparado para vivir estos días la llegada del Señor. Se ve el misterio colocado por todos lados, San José, la Virgen María y el Niño Jesús, haciéndose presentes en todos los rincones de nuestro Hospital.
Por otro lado, la capilla, evidentemente, tiene también su propio belén, y, tras cuatro semanas de Adviento, donde nos hemos ido preparando para este acontecimiento, finalizaremos este año con la Nochebuena en la tarde del domingo 24 de diciembre. Evidentemente las celebraciones de la Santa Misa, en estos días festivos, tienen que adaptarse a los horarios hospitalarios para que pueda asistir tanto el personal médico, familiares que cuidan los enfermos, y los enfermos que puedan asistir. La misa de Nochebuena y de Navidad la celebramos a una hora temprana, al igual que la de año Nuevo o Reyes. Sin dejar las visitas a enfermos y administración de Sacramentos, cuando lo soliciten. También se intentan establecer algunas diferencias en las visitas de los enfermos durante estas fiestas, cosas que le hagan sentirse especiales, que les motiven o simplemente vivir con ellos este momento navideño.
Por ejemplo, he hecho ya como costumbre el día de Nochebuena, a una hora prudente, llevar el niño Jesús por las plantas del Hospital y habitaciones de los enfermos, para que, aquellos que quieran, puedan adorarlo. Muchos de los familiares que cuidan a estos enfermos y pasan la navidad en el hospital estos días, les hace mucha ilusión ver que te acercas a llevarles esa esperanza a sus vidas. Te suelen contar sus navidades pasadas y, sobre todo, aquellos que no tienen a nadie ni siquiera familia, se sienten importantes al ver que los visitas y les llevas un rayo de alegría en la Nochebuena, además de adorar al Niño .
También con el personal sanitario, se trasmite esa alegría. Los servicios como la Sanidad no descansan ni en Navidad. Los profesionales sanitarios trabajan las 24 horas del día. Los 365 días del año están listos y preparados para actuar. Se turnan, se rotan e intentan disfrutar también de las fiestas navideñas como cualquier otro común de los mortales. Por eso, el capellán del Hospital también, con su presencia, les hace vivir esa experiencia, no sólo humanizante, sino también espiritual, del Dios que se hace hombre en Navidad.
Rafael Tenorio Olea
Capellán Hospital Comarcal de Baza