Mensaje de Navidad del Obispo de Guadix

Al llegar un año más la Navidad, quiero acercarme a vosotros, a los que formáis parte de esta comunidad diocesana de Guadix y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Quiero acercarme a vuestra vida, quiero entrar en nuestras casas, especialmente en las de aquellos que más lo necesitan, en aquellos que están viviendo de un modo especial esta situación que llamamos crisis. Y quiero entrar en vosotros y quiero traeros una buena noticia: el Señor ha nacido, ha nacido en Belén. Esa buena noticia que los ángeles anunciaron a los pastores, el obispo quiere también decirla hoy a vosotros. Porque es verdad, ha nacido el Señor, ha nacido el Salvador.

El mundo de hoy necesita de buenas noticias. Malas noticias hay muchas y esta es una buena noticia. Y es una buena noticia porque nos llena de esperanza. Si se pudiera titular la Navidad, si se puede bautizar la Navidad, me gustaría bautizar esta Navidad con el nombre de la Navidad de la esperanza. Hay crisis económica, hay crisis social pero, sobre todo, a mí, al menos, lo que más me preocupa es la crisis de esperanza. Hay muchos hombres y mujeres que sufren un gran déficit de esperanza. No esperan nada. Por eso, la Navidad es una llamada a la esperanza, esta Navidad tiene que ser una llamada la esperanza. Es posible, porque el Señor ha nacido; porque, como le dijo Gabriel a María, la Virgen, para Dios nada hay imposible. Y, si Dios encima cuenta con nosotros, cuenta con nuestro esfuerzo, cuenta con nuestra ilusión, seguro que vamos a salir de este hoyo en el que estamos situados, algunas personas especialmente.

La Navidad nos trae mucho más que regalos, mucho más que luces, mucho más que todo eso que envuelve la Navidad. La Navidad nos trae el Misterio del amor, el amor de un Dios que se entrega por nosotros, un Dios que se ha hecho uno de nosotros. Porque Dios no sólo quiere decirnos que nos quiere, sino que quiere que también lo comprendamos. Y como nosotros no somos capaces de comprender más que desde el lenguaje humano de nuestra propia humanidad, con todas las debilidades que tiene, Dios se hizo niño, se hizo débil, se hizo pobre para mostrarnos su amor

Queridos hermanos, hermanas, amigos, Dios te quiere, Dios nos quiere a todos y éste es el Misterio de la Navidad. La Navidad tiene muchos signos llenos de profundidad: la mujer de fe, María, la Virgen; José, el hombre justo. Tanto uno como otro están buscando lo que Dios quiere. Muchas veces lo que Dios quiere nos desconcierta, contradice lo que es la lógica, la razón humana. Sin embargo, el hombre feliz cuando sigue esa voluntad de Dios; cuando, como José, muchas veces puede mascar, puede morder su propia soberbia pero, por encima de todo, el cumplimiento de la voluntad de Dios.

Jesús quiso nacer entre los pobres. Por eso, en una cueva, como cualquiera de las de nuestra tierra, en Belén de Judá, nació el Hijo de Dios, nació de la Virgen María, bajo la mirada atenta y paternal de San José. Toda la creación envuelve el nacimiento del Señor. Los ángeles, la naturaleza, los animales, los pastores, los magos de oriente que van a adorarlo, y van a reconocer que en aquel Niño está el Hijo de Dios.

Como todos sabéis, celebramos en este año el Año de la Fe, convocados por el Papa Benedicto XVI. Es un buen motivo para renovar nuestra fe. Desde el Misterio, a la luz del Misterio del Verbo de Dios hecho hombre en nuestra carne, hemos de renovar nuestra fe. Por eso, en esta Navidad yo os invito a hacer de la Navidad una contemplación. Una cosa es mirar, mirar muchas veces se queda en la superficie. Otra cosa es la contemplación, que va a lo profundo de las cosas, al sentido último del Misterio. Por eso, yo os invito a todos en esta Navidad a contemplar el Misterio. No os quedéis sólo en mirar. Id más allá, contemplad el Misterio y veréis cuánto amor que hará brotar la fe y, de la fe, la esperanza.

Queridos amigos, a todos vosotros, especialmente a los más pobres, os deseo una feliz y santa Navidad del Señor y, para el año que viene, para el 2013, mucha ventura, mucha felicidad y mucha esperanza. Feliz Navidad.

(Trascripción del Mensaje de Navidad 2012 grabado en vídeo y que se puede ver en este enlace)

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