Este joven, que ha recibido junto a sus padres la bendición del obispo, es de Baza, ingeniero, y lo deja todo para ser misionero en Tegucigalpa.
Javier Martínez es un joven de Baza que ha tomado la decisión de darle otro rumbo a su vida: lo deja todo para dedicarse a ayudar a los demás como misionero. Y lo hará junto a Patricio Larrosa, en Tegucigalpa, en la misión que este sacerdote accitano tiene emprendida desde hace más de 25 años.
El lunes 24 de junio, Javier Martínez visitó al obispo de Guadix, D. Francisco Jesús Orozco, para recibir su bendición antes de partir para Honduras. Le acompañaban sus padres, que posan contentos en la foto que ilustra esta noticia.
Javier Martínez es ingeniero y ha estado trabajando en Centroamérica como ingeniero durante 4 años. Las desigualdades que ha visto y una vocación misionera que ha surgido en su vida, le han hecho cambiar de rumbo. De ingeniero, pasará a ser misionero. Honduras le espera.