
El domingo 27 de julio nuestra iglesia de la diócesis de Guadix celebró la V Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores con el lema “Feliz el que no ve desvanecerse su Esperanza”. Se celebra siempre el cuarto domingo de julio, en torno a la festividad de los santos Joaquín y Ana, abuelos de Jesús. Y este año también ha sido así.
En el primer mensaje del papa León XIV para esta jornada, en el contexto del jubileo 2025, el santo padre invita a reconocer a los ancianos no sólo como destinatarios de la atención pastoral, sino como testigos de la esperanza que, de manera activa, son protagonistas de la vida eclesial. Afirma que «la vejez puede ser un tiempo de bienaventuranza en el que la esperanza, probada en el fuego de una larga vida, se convierte en fuente de alegría y de renovada confianza en el Señor. Dios nos enseña que, a sus ojos, la ancianidad es un tiempo de bendición y de gracia, y que para Él los ancianos son los primeros testigos de esperanza».
La delegación de Familia y Vida de la diócesis de Guadix convocaba a todos los abuelos y personas mayores a celebrar esta jornada junto a nuestro obispo, don Francisco Jesús, en la Catedral de Guadix. Así, el pasado domingo 27 se congregaba un numeroso grupo de abuelos y personas mayores, muchos de ellos junto a sus familiares, hijos, nietos, que no quisieron perderse la celebración.
Cómo siempre, nuestro obispo, se mostró muy cariñoso y entrañable con los asistentes, y en su homilía les dedicó unas bonitas palabras con un profundo sentimiento de cariño y agradecimiento hacia nuestros mayores.
Destacó que los abuelos han salvado la fe de muchas generaciones, han sido los transmisores de la fe, son los primeros catequistas, que enseñan a rezar no con discursos sino con fidelidad diaria; “cuando rezáis por vuestras familias tejéis redes de protección invisible”.
También destacó la valía de la oración escondida de los abuelos por sus hijos, nietos, iglesia y sacerdotes: “cuánto agradan al Señor los sacrificios callados, anónimos, ofrecidos con amor; ellos si son el cimiento, la verdadera piedra angular en Cristo, que construye la verdad de la dignidad del ser humano y la familia”. Y continuó afirmando que “los mayores nos enseñan a esperar y a tener esperanza. Nuestros mayores sí que entienden de heridas, curadas en el amor, en el sacrificio y en Dios”.
Sin duda, fue una jornada entrañable y de las que quedarán siempre en el recuerdo de todos los que nos congregamos ese día en la iglesia madre de nuestra diócesis: la Catedral.
Jesús Galera en Inmaculada Triguero
Delegados diocesanos de Familia y Vida. Guadix