“Estos mártires son un faro que ilumina nuestro camino”: Mons. Orozco en la apertura de la Causa de Canonización de los Mártires del siglo XX en la diócesis de Guadix

Diócesis de Guadix
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La diócesis de Guadix es una sede episcopal sufragánea de la archidiócesis de Granada, erigida en 1492 y, según la tradición, procedente de la diócesis de Acci, fundada por San Torcuato en el siglo I. Su sede es la catedral de Guadix.

“Estos mártires son un faro que ilumina nuestro camino”: Mons. Orozco en la apertura de la Causa de Canonización de los Mártires del siglo XX en la diócesis de Guadix

 

Ya se ha iniciado la Causa de Canonización de los mártires del siglo XX en la diócesis de Guadix. Es la Causa de los siervos de Dios Avelino Aguilera y sus 50 compañeros mártires, que dieron sus vidas ofreciendo un testimonio de fe en la persecución religiosa de los años 30 del siglo pasado. Los mártires sobre  los que ahora se inicia el proceso diocesano murieron en los inicios o durante la Guerra Civil española.

La apertura de este proceso de canonización en su fase diocesana tuvo lugar en la Catedral, el domingo 31 de agosto. Primero, se constituyó el tribunal que va a dirimir y escrutar los testimonios recogidos sobre los mártires y, después, se celebró una Misa de acción de gracias. La Catedral accitana acogió a muchos fieles venidos de las parroquias de donde son los mártires, para asistir a este acto que ya forma parte de la historia de la diócesis, como señaló el obispo en sus intervenciones. También había representantes institucionales, como alcaldes de los pueblos de los mártires.

Presidió el acto y la Misa D. Francisco Jesús Orozco. Le acompañaron en la celebración el cabildo, los sacerdotes que intervienen en la Causa y los párrocos de los lugares de procedencia de los mártires, o de donde murieron.

Tras la lectura de los nombres de los 51 mártires y de cómo fueron martirizados, se constituyó el tribunal y se firmó el acta de esa la primera sesión constitutiva. Sus miembros juraron sus cargos, incluido el obispo, comprometiéndose a velar por la integridad de sus deliberaciones. Después, Mons. Orozco habló de lo que se estaba celebrando esa mañana y de su importancia.

En su homilía, insistió en que se trata de saldar una deuda histórica, “una deuda que saldamos con estos grandes héroes del amor a Jesucristo, que no dudaron en derramar su sangre por su fidelidad bautismal en la Iglesia”. Y recordó la variedad de perfiles de estos mártires: “La causa de don Avelino Aguilera Huertas y 50 compañeros mártires nos muestra la valentía de hombres y mujeres que todo lo estimaron basura, pérdida, para conocer a Cristo y la comunión con sus padecimientos, muriendo su misma muerte: 19 sacerdotes, un seminarista, empresarios, estudiantes, abogados, dependientes, ferroviarios, zapateros,  industriales, sastres, peones camineros, albañiles, comerciantes, agricultores, farmacéuticos, secretarios, médicos, capataces agrícolas, maestros, seglares, catequistas, administradores, viudas, solteros, casados, en fin,  creyentes auténticos y valientes. Honra de nuestra Iglesia diocesana”.

Habló sobre el proceso que se inicia: “ahora, abierta la causa, hay que trabajar y demostrar que todos murieron por odio a la fe o por una virtud cristiana en odium fidei, que aceptaron voluntariamente la muerte por amor a Cristo y como testimonio de fe. Y hay que demostrar que hay evidencias históricas sólidas e incontrovertibles que demuestran todo lo anterior”.

También aclaró que no se trata de beatificar a víctimas de guerra, sino de escrutar si fueron de verdad mártires: “la Iglesia no beatifica a víctimas de guerra, víctimas de guerra en general e indiscriminadamente, sino a personas individuales, cuya muerte, en un contexto bélico, cumple con los estrictos y específicos criterios canónicos del martirio tras un proceso, como os decía, de investigación exhaustivo”.

Y habló de lo mucho que nos enseña el testimonio de estos mártires, de fortaleza y de coherencia: “en nuestra época tan débil, marcada por la indiferencia religiosa, por tanto relativismo, por la tibieza, por el medio gas para vivir la fe, por una praxis religiosa epidérmica y social en tantas ocasiones y por los compromisos líquidos, licuados, en nuestras comunidades, el ejemplo de estos mártires es para nosotros más necesario que nunca. Ellos no se echaron atrás. Ellos nos interpelan a vivir una fe auténtica que no se acomoda a las conveniencias del mundo, sino que se mantiene firme en las adversidades y que sabe dar la cara sin acomplejarse, sin renunciar a la verdad”.

Terminó Mons. Orozco invitando a acoger el legado de su santidad: “somos una iglesia martirial que mira con esperanza al futuro y estos mártires son un faro que ilumina nuestro camino hoy, para construir sobre cimiento firme toda nuestra vida, todas nuestras actividades pastorales. Acojamos el legado de su santidad, servicio a la verdad, fidelidad a la oración, amor a la Eucaristía, servicio a los más necesitados y vulnerables. Que su intercesión fortalezca la vida de nuestras familias, de nuestros jóvenes, de nuestras parroquias y comunidades y a nosotros nos haga testigos creíbles de Cristo en nuestra sociedad”.

Después, durante la Misa, en otra homilía volvió a reconocer que” al abrir su causa, no venimos a hacer arqueología histórica, ni hacemos política, ni bando, ni abrimos heridas, ni confrontaciones, como dicen algunos. Solo queremos hacer honor a los nuestros, a quienes somos nosotros gracias a ellos, a quienes fueron ellos y a la belleza fiel de esta iglesia diocesana en estos valientes mártires”.

Este ha sido el primer paso de un proceso que tendrá que ser elevado a Roma, para su aprobación, si todo sigue según lo esperado. A la fase diocesana le seguirá la fase romana. Solo después, si se supera el proceso de los dos tribunales, el papa los proclamará beatos. Pero, para eso, faltan varios años. Mientras tanto, el tribunal ya comienza a escrutar los documentos sobre estos 51 mártires y los testimonios que se han recogido. El obispo animó, además, a aportar todos los testimonios que se tengan sobre ellos: “necesitamos mucho vuestra ayuda, los testimonios directos o indirectos que han pasado muchas veces de padres a hijos, de abuelos a nietos, que ayuden a dar músculo a esta causa que hoy abrimos en esta primera etapa diocesana, con el sueño de que en poco tiempo, ojalá unos meses, todo esté tan nítido, que, clausurando esta apertura, podamos iniciar la fase romana y pronto, si el dicasterio para la Causa de los Santos lo aprueba, en esta misma Catedral puedan ser beatificados”.

Quedan años, el proceso no ha hecho nada más que comenzar, pero esa beatificación de estos 51 mártires de la Iglesia accitana está un paso más cerca. Y, ya se sabe, pasito a pasito se llega a la meta.

 

Antonio Gómez

Delegado diocesano de MCS. Guadix

El Listado completo de estos mártires del siglo XX en la diócesis de Guadix y sus biografías se puede consultar aquí

 

Ver este artículo en la web de la diócesis

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