Los sacerdotes felicitaron a José Manuel Suarez por sus bodas de plata sacerdotales, que reconoció que ha sido y quiere seguir siendo un cura feliz
Los sacerdotes de la diócesis de Guadix celebraron la fiesta de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote y lo hicieron juntos, en el Centro Diocesano de Espiritualidad, de Guadix. Fue solo parte de la mañana y con todas las medidas de seguridad, sobre todo el distanciamiento social. Pero, a pesar de todo, fue uno de los primeros actos de convivencia que el clero accitano comparte desde que comenzó la pandemia. Se dio cita prácticamente la totalidad del clero.
En la celebración hubo tiempo para rezar juntos y dar gracias a Dios por la llamada al ministerio sacerdotal y por la misión encomendada. El obispo tuvo unas palabras, a modo de homilía, hacia los sacerdotes allí congregados, recordando las exigencias del ministerio y la dedicación de vida que comporta.
También hubo tiempo para dar gracias a Dios por los 25 años de sacerdocio del José Manuel Suárez Fernández, que es párroco en Aldeire, Dólar y Ferreira. José Manuel recordó los lugares por donde ha pasado y cómo en estos 25 Años ha sido un cura feliz. Y quiere seguir siendo feliz, dijo, como sacerdote el resto de su vida.
Esta fiesta de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote congrega todos los años al clero de la diócesis de Guadix. El año pasado se suspendió por la pandemia y este año, con cautela y todas las medidas preventivas, se ha podido celebrar. Eso sí, se ha celebrado con el deseo de que el año que viene ya sea una fiesta normal, sin la amenaza del virus, y pueda haber más tiempo de convivencia entre los sacerdotes.
Antonio Gómez