
JORNADA MUNDIAL POR EL CUIDADO DE LA CREACIÓN
1 de septiembre de 2025
Queridos hermanos sacerdotes, consagrados y laicos:
El 1 de septiembre, la Iglesia celebra la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, un tiempo privilegiado para detenernos, contemplar, agradecer y comprometernos con la defensa y cuidado de la casa común que Dios nos ha regalado y confiado.
Este año lo hacemos bajo el lema: «Semillas de Paz y Esperanza», que es una invitación a sembrar hoy lo que queremos cosechar mañana: respeto por la tierra, justicia para los pueblos más desfavorecidos y fe viva en Dios Creador.
El Papa Francisco, en su encíclica Laudato Sí, nos recordó que «todo está conectado»: el clamor de la tierra y el clamor de los pobres. La devastación ambiental, los incendios —en su mayoría provocados—, la pérdida de la biodiversidad y la contaminación, no son meros problemas técnicos, sino síntomas de una crisis espiritual, ética y social.
El Papa León XIV, recientemente, en un telegrama dirigido a los obispos de la Amazonía, ha pedido a toda la Iglesia mantener el corazón centrado en el Señor de la vida, y evitar que la preocupación por el medio ambiente se desligue de nuestra fe, o se convierta en una forma más de idolatría del mundo material. No se trata de sustituir a Dios por la tierra, sino de amar a Dios cuidando de lo que Él ha creado. Y el cuidado de la creación incluye también al ser humano, imagen de Dios, que en muchas regiones del mundo vive en condiciones deplorables, sin agua, sin techo, sin acceso a la salud o la educación. En el llamado primer mundo, el aborto y la eutanasia se han convertido en una lacra social. Por esto es necesario recordar que NO hay ecología auténtica sin justicia social. No podemos proteger la naturaleza y desentendernos de los más pobres, vulnerables e indefensos, de los no nacidos y de los que necesitan especiales cuidados paliativos al final de sus vidas.
En medio de esta realidad compleja, también queremos dar gracias a Dios por la belleza natural de nuestra diócesis de Guadix, tan rica en paisajes diversos, en flora y fauna, en espacios donde la creación habla de la ternura del Creador. Y gracias por todos aquellos que, desde lo pequeño, como hace el Secretariado Diocesano para el Cuidado de la Creación, trabajan con ilusión organizando la semana Laudato Sí y otros eventos para que cale en los fieles de nuestra Diócesis la necesidad de vivir una sana y humana ecología, que nos lleva siempre al Señor.
Gracias también, por aquellos hombres y mujeres que, en cualquier lugar del planeta, trabajan por implantar un modelo económico sostenible y respetuoso con el medio ambiente, que trabajan por formas de vida más austeras y sencillas, por un mundo donde la creación sea cuidada y Dios amado y respetado en todo lo creado.
Que esta jornada sea una semilla de conversión en nuestras parroquias, familias, colegios y comunidades; una oportunidad para tomar conciencia de la necesidad de orar, reflexionar y actuar para cuidar la naturaleza, sembrando paz donde hay destrucción, y esperanza donde reina indiferencia hacia la creación y el Creador.
Pedimos a la Virgen María, que en la diócesis de Guadix veneramos bajo tantas advocaciones, que nos enseñe a contemplar, a cuidar y a agradecer todo lo creado, dignificando y defendiendo siempre la vida.
Con mi afecto y bendición.
+ Francisco Jesús Orozco Mengíbar, Obispo de Guadix