“Quien quiera conocer a Dios, puede hacerlo”

Entrevista realizada por el Semanario Fiesta a Juan Manuel Cotelo, director de «El sudor de los ruiseñores» (1998), «La útima cima» (2010) y «Tierra de María» (2013), con motivo de su visita a nuestra Diócesis para participar en el I Concurso de Cortos organizado por la Delegación Diocesana de Juventud, y conversó con los jóvenes en un cinefórum sobre la película «Tierra de María».

1. ¿Qué ha querido comunicar a los jóvenes granadinos en este cinefórum que se ha celebrado con motivo del I Concurso de Cortos de la Pastoral de Juventud?

No sé si le va a sorprender, pero lo cierto es que nunca preparo lo que voy a contar. Hablamos de lo que ellos quieren plantear y procuro responder a sus preguntas, con la perspectiva pequeña de mi experiencia. Espero que compartamos la alegría de sabernos amados por Dios, la urgencia de contarlo a quien aún no lo sepa, la esperanza de que un mundo mejor es posible, no como una hipótesis teórica, ni como una quimera inalcanzable, sino que la experiencia de toda persona que siga las recetas de Jesucristo es idéntica: podemos ser muy felices, si vivimos tal como Dios nos pide. Podemos romper el pesimismo imperante, que surge de aplicar recetas diferentes a las de Jesús.

2. ¿Cómo surgió la idea de hacer la película «Tierra de María»?

Surgió precisamente de esa inquietud. Cuando ves que a tu alrededor no hay alegría y esperanza, sino tristeza, apatía y desesperación, de modo natural surge la búsqueda de algo mejor, que funcione. Si descubres que el camino para la felicidad del hombre está ya diseñado, trazado, señalizado y probado… ¡quieres probarlo y contarlo! «Tierra de María» muestra que las recetas del cielo funcionan en la tierra. Pone ante el espectador a personas que hablan de sus experiencias personales de transformación. Personas que han vivido sin Dios durante años… y que ahora viven con Dios. No existe una sola persona en el mundo que no pueda experimentar la eficacia del amor de Dios en su vida. La película es una invitación a conocer la verdad sobre la relación de Dios con el hombre, con cada uno en particular. Está dedicada «a los que buscan», a los que no se cierran al conocimiento de la verdad. Quien quiera conocer a Dios, puede hacerlo. No se trata de hacer un curso, ni de cambiar de lugar o de circunstancias. La película muestra el atajo más directo que hay para llegar al corazón de Dios: abrirse a Él, con una sencilla oración íntima. «Hola… ¿me estás viendo, me estás escuchando, te interesa lo mío? Me pasa que…». Ese acceso no requiere de especial inteligencia, ni de tiempo, ni de dinero, ni de nada. Querer buscar a Dios es garantía de encontrarLe, porque Él es quien toma la iniciativa, siempre.

3. ¿Qué reacción espera en el espectador?

No hay dos espectadores iguales, no somos programables. La única reacción que importa es la que pueda surgir al terminar la película, entre dos protagonistas libres: Dios y cada espectador. La reacción que espero de Dios es la bendición de cada espectador. Y la doy por garantizada, Dios no falla, no se lo piensa si se trata de amar. La que deseo en el espectador es la aceptación de ese amor que recibimos cada uno de nosotros, en todo momento. También confío en la mediación de la Virgen María, experta en facilitar el encuentro entre esos dos protagonistas, si llevan un tiempo sin mirarse. Todas las demás reacciones, las que se quedan en el análisis formal de la película, no me interesan, tanto si son elogiosas como si son negativas. La película no importa. Es simplemente un medio, una invitación a algo mayor.

4. ¿De dónde viene su interés por hacer películas de temas religiosos?

Creo que viene de serie, no es un extra añadido. Es el mismo interés que tiene cualquier persona por conocer la verdad, la belleza, la alegría, la bondad… En mi caso, al descubrir en mi madurez que todo eso es accesible a cualquier persona, surgió el deseo de compartirlo a través de mi trabajo, que es el de contar historias que merezcan la pena ser contadas. Un día supe que ninguna otra historia es más hermosa, urgente e importante que contar, que la relación actual que Dios tiene con nosotros. Y supe que tenía que dedicarme a ello, renunciando a otras historias que, siendo interesantes o atractivas, no tienen tanto poder curativo. Es como si un aficionado a la montaña descubriera de repente el Everest… y perdiera el interés por cumbres menores.

5. Además de las tres películas que has dirigido y producido, has hecho la serie «Te puede pasar a ti». ¿Qué hay de novedoso en este formato?

Simplemente, que lleva al lenguaje audiovisual las historias de conversiones que hoy suceden en el mundo. Hace seis años busqué producciones audiovisuales que hablaran de Dios… y no encontré nada que me apeteciera ver, salvo alguna película de Hollywood. En cambio, descubrí que había centenares de libros, pinturas y esculturas magníficas sobre Dios, sobre la Iglesia, sobre Jesús, sobre la Virgen, sobre los santos… Si en papel, lienzo, madera y piedra la oferta era grande y magnífica, ¿por qué no había oferta en lenguaje audiovisual? Por otra parte, al buscar historias de conversiones a la fe, vi que solamente se hablaba de la conversión de personas en los primeros siglos del cristianismo, o la conversión de intelectuales, de los siglos XIX y XX. Como si a Dios se le hubiesen gastado las pilas, o como si la conversión fuera algo para mentes privilegiadas. ¡Pero yo había conocido a conversos de hoy, a personas que habían sido transformadas por Jesús, vivo, hoy! Y no eran intelectuales que se hubieran convertido por medio de un razonamiento correcto, sino por un encuentro personal, actual, con alguien vivo y cercano, no por el estudio de una figura admirable del pasado. Quise contarlo, pensando en espectadores normales y corrientes, de la calle, en personas de toda condición. Así surgió esa serie, de la que hemos hecho tres capítulos, al ritmo que nos permite la financiación que obtenemos de las ventas. Si vendemos, podemos producir nuevos capítulos.

6. ¿De qué modo se puede evangelizar a través del cine?

El cine no es ni mejor ni peor que cualquier otro medio. El camino más eficaz para la evangelización es la cercanía íntima con Jesús, que crece a través de la oración, de la recepción amorosa de los sacramentos y de los actos de servicio a cualquiera. Cuando Dios está dentro de alguien, sale de modo natural hacia afuera, por cualquier poro: la sonrisa, los gestos, los silencios… y también por la palabra hablada o escrita, los medios electrónicos o audiovisuales, las señales de humo, las palomas mensajeras, el morse… ¡todo vale para anunciar el Evangelio! El cine es un gran escaparate público, pero insisto en que la acción evangelizadora importante sucede en la intimidad del corazón humano. Sin ese encuentro íntimo y silencioso, no hay más que humo.

7. ¿Por qué es tan importante para usted la figura del converso?

Porque la conversión es el único camino sensato para cualquier persona. No hay otra opción, no la hay. Volver a poner a Dios en su lugar, el lugar del que le hemos quitado, por ignorancia o conscientemente, es la única salida para recuperar la cordura humana. El converso no teoriza sobre Dios, sino que lo ha encontrado y ha experimentado en propia carne el poder transformador del amor de Dios. Por eso, cuando entrevisto a un converso, busco sus respuestas personales, no la teoría de los libros. El ejemplo de conversión de cualquier persona despierta en nosotros la nostalgia de Dios, reactiva la vitalidad de una raíz que todos llevamos de serie, y que puja por crecer hacia arriba y dar frutos. Los conversos son magnéticos, atraen, avivan el crecimiento de esa raíz natural.

8. En «Tierra de María», Medjugorje ocupa un gran espacio. ¿Por qué ha querido destacar este lugar en la película?

Porque Medjugorje es un hervidero de conversiones. No sé si existe en todo el mundo otro lugar que despierte a tantas almas dormidas hacia Dios, como Medjugorje. Yo no conozco otro centro vivo de conversiones tan potente como ése. He conocido tantísimas historias de conversión a Dios en Medjugorje… ¡tantas, tantas!.. En todo tipo de personas, de cualquier edad, procedencia geográfica, y con todo tipo de educación y cultura. Aquello es un pequeño hospital en el que todas las heridas del corazón pueden ser curadas. Ignoro los motivos por los que Dios actúa de un modo tan evidente y palpable en ese pueblito. No es un acto de fe, es un hecho que puede constatar cualquier escéptico, cualquier notario. Yo hubiera escogido otro lugar… otros mensajeros… otra estrategia… tampoco yo hubiera escogido Belén para que naciera el Mesías… pero es que Dios hace las cosas a su manera, te gusten o no, las comprendamos o no. Y tiene especial predilección por los pequeños, los humildes, los que no encajan en los cálculos de eficacia humanos.

Rosa Die

Publicado en la Revista Fiesta 1048

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