Primera misa en la parroquia de San Ildefonso del sacerdote granadino D. José María Ortega

El pasado sábado 3 de junio. Fue ordenado el 20 de mayo, junto a otros 24 fieles del Opus Dei de diversos países, de manos del Prefecto del Dicasterio para el Clero.

D. José María Martínez Ortega ha celebrado este sábado 3 de junio la Primera Misa en la parroquia de San Ildefonso. Fue ordenado sacerdote el pasado 20 de mayo, junto a otros 24 fieles del Opus Dei de diversos países, de manos del Prefecto del Dicasterio para el Clero, el cardenal Lazzaro You Heung-sik. La ceremonia de ordenación tuvo lugar en la basílica de San Eugenio de Roma.

Chema, como es conocido por todos, nació en Granada hace 46 años. Estudió medicina en la Universidad de Granada, donde ha sido profesor, obteniendo la plaza de titular en el área de psiquiatría en 2017.

En la ceremonia ha estado acompañado por sus padres y su numerosa familia, además de muchísimos amigos, entre los que destacan muchos antiguos residentes del Colegio Mayor Albayzín, del que Chema fue director durante varios años. La parroquia de San Ildefonso estaba abarrotada, hasta el punto de que bastantes personas no pudieron entrar.

Se da la circunstancia de que un hermano mayor de Chema, Manu, también sacerdote, falleció hace seis meses en Kenia, donde desarrollaba su actividad pastoral, después de vivir varios años en Sudáfrica.

En la primera Eucaristía celebrada por D. José María Ortega, en Granada.

Concelebraron con el misacantano 10 sacerdotes, entre ellos, D. Luis Prados, vicario del Opus Dei para la Delegación de Granada. La ceremonia contó con el canto del Coro Argentum Granada.

En la homilía, D. José María tuvo un sentido recuerdo para su hermano Manu, cuyo funeral se celebró en esa misma iglesia hacía ese día exactamente seis meses. Recordó que el sacerdocio es un don inmerecido, otorgado para el servicio de los demás; dijo que había pasado de ser médico de cuerpos a ser médico de las almas. Pidió oraciones por todos los sacerdotes y para que él sea un sacerdote santo, docto, alegre y deportista, como le gustaba a San Josemaría que fueran.

Alberto Tarifa Valentín-Gamazo

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