La Vigilia de Pentecostés se celebró en nuestra Diócesis el pasado sábado, en la Catedral, presidida por el Arzobispo, Mons. Javier Martínez.
A las 21 horas comenzó la Vigilia en el templo catedralicio, animada por los cantos del grupo musical de “Fe y Vida”, que invitaban a la oración y adoración al Señor.
En primer lugar, se expuso al Santísimo en el altar mayor de la Catedral para la adoración de los fieles. Después, varios fieles de diferentes carismas y movimientos diocesanos leyeron las lecturas del Evangelio, y a continuación, Mons. Javier Martínez ofreció unas palabras a los fieles presentes.
El arzobispo habló de la venida del Espíritu Santo sobre nosotros y la Encarnación del Hijo de Dios: “Toda la finalidad por la que el Hijo de Dios ha querido venir a nosotros; toda la finalidad por la que Tú, Señor, has querido acercarte a la humanidad extraviada, quisiste nacer de las entrañas de la Virgen y hacerte un hombre como nosotros; toda la razón por la que Tú quisiste beber el cáliz de una humanidad torpe y sacudida por el pecado hasta el final, hasta el amor más grande que la muerte y más fuerte que la muerte, porque no hay mayor amor que el dar la vida por aquellos a los que uno ama, y a ti no te la quitamos nosotros, no te la quitamos los hombres, Tú la diste por amor a nosotros, porque quisiste. Pero toda la finalidad de ese don era una sola: poder dejar sembrada en nuestra humanidad, en nuestra historia, en nuestra carne tu vida divina, ti vida de Hijo de Dios, el Espíritu que une al Padre y al Hijo, el Espíritu con que el Padre ama al Hijo y con que el Hijo recibe la vida misma del Padre”.
Tras la reflexión de nuestro pastor, Mons. Javier Martínez, la Vigilia continuó con un rato de oración acompañada de momentos de silencio y cantos.
Al terminar, los fieles y jóvenes que participaron en la Vigilia, compartieron un ágape en el patio de la Curia Diocesana para celebrar la fiesta de Pentecostés.
Escuchar las palabras del Arzobispo
Rosa Die Alcolea
