La Consueta de los Canónigos del Sacro–Monte y la Inmaculada

Con motivo de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, que celebramos el 8 de diciembre, y por su estrecha vinculación con este Dogma en la Abadía, compartimos este artículo del canónigo D. Juan Sánchez Ocaña.

Entre las Iglesias particulares de España que encabezaron el movimiento de piedad inmaculista sobresale la Santa Iglesia de Granada, cuyo origen se remonta a los primeros tiempos del cristianismo. Y dentro de esta vieja Iglesia particular aparece como impulsora de esta devoción la Abadía del Sacro–Monte, institución religiosa y cultural, fundada a comienzos del siglo XVII por el entonces Arzobispo de Granada, Don Pedro de Castro.

Entre abril de 1595 y mayo de 1599 aparecieron en el Monte de Valparaíso, extramuros de la Ciudad, unos misteriosos libros escritos en árabe sobre plomo. En ellos se afirmaba con toda claridad que “a María no tocó el pecado primero”. Don Pedro de Castro, fervoroso inmaculista e incansable luchador por la definición de este privilegio de María, incluyó dicho lema en su escudo episcopal.

Así, toda la institución sacromontana rezuma inmaculismo desde sus fundamentos, tal y como se recoge en uno de los documentos más importantes que encontramos en la Abadía: la Consueta de esta insigne Iglesia del Sacro–Monte Illipulitano. En este documento de 1620, se percibe la importancia que la temática concepcionista gozaba en la Abadía. Se describen con todo detalle las fiestas y ceremonias que tenían lugar en el Monte Santo de Granada. Entre ellas, destaca sobremanera la de la Inmaculada Concepción de María Santísima, festejada con una solemnidad mayor que la habitual en la Iglesia oficial de entonces. Esta celebración había sido dotada por Don Pedro de Ávila, en una fecha tan temprana como 1611, con la no despreciable cantidad de 3000 maravedíes.

La festividad de la Concepción, en este sentido, era considerada de primera clase y, por tanto, el templo colegial era engalanado con flores, música, fuegos artificiales, hierbas olorosas. Era habitual descubrir el Santísimo Sacramento en la celebración de la fiesta Purísima. Esta tradición de unir devoción inmaculista con la sacramental, muy arraigada en Granada, hunde sus raíces en este período. Fruto de ella surgirá la piadosa jaculatoria: “Alabado sea el Sactissimo Sacramento y la Immaculada Conçepcion de la Virgen madre de Dios Nuestra Señora sin pecado Original”.

Con un lenguaje barroco la Consueta habla en los siguientes términos del oficio del día de la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora:

Este dia es festiuissimo en este Sacro Monte por ser como lo es el solar de la conçepcion o archibo donde desde el tiempo de los Apostoles se an guardado las mas autenticas scrituras y previlegios que ay por esta Verdad fuera de los de la escritura sagrada y por auer dado causa con su descubrimiento para que toda Spaña y en todo el mundo se aya ferborizado la devocion de este mysterio y crezido tanto la solemnidad con que oy se celebra.

Y se recogen las coplillas que cantaban los colegiales del Sacro Monte en las fiestas marianas:

Sale a luz con sentimiento/ de su Concepción impura/
toda humana criatura/ entre míseros lamentos;/
pero vuestro Nacimiento/ fue alegría universal;/
porque fuisteis concebida,/ sin pecado original.

Eva en Ave conmutada/ os halló el ángel Gabriel/
como la culpa cruel/ nunca tuvo en Vos entrada;
os vio de gracia ocupada/ con la plenitud total;
porque fuisteis concebida,/ sin pecado original.

Otra de las ceremonias con carácter típicamente sacromontano y concepcionista, era el rezo de la Salve Regina la tarde de los sábados. Este acto había sido instaurado por Don Pedro de Ávila, primer abad electo del Sacro Monte. Formaba parte de las memorias fundadas por dicho eclesiástico, recogidas en su testamento, con fecha de 28 de noviembre de 1623. Tal y como se recoge en la Consueta, en el Sacro Monte coexistían tres tipos de Salves: la de los sábados, la de las fiestas de Nuestra Señora y, finalmente, la de Cuaresma. Este acto podía celebrarse en tres lugares diferentes según las circunstancias. Normalmente, dicha oración se realizaba en las cuevas. Si hacía mal tiempo, el acto se trasladaba a la iglesia. Asimismo, en el tiempo cuaresmal, la plegaria se realizaba en el coro del templo. Este rito de la Salve, se siguió manteniendo hasta el bien entrado el siglo XIX. Según parece, a la conclusión de este ceremonial, era costumbre que los colegiales cantasen una serie de coplas a la Virgen, cuyo contenido siempre aludía a su concepción inmaculada. Dicha tradición se remonta al siglo XVII.

La sentencia “A María no tocó el pecado primero” de los libros plúmbeos se consideró como la base para pensar que en Granada se había encontrado la noticia más cierta de la creencia concepcionista. En este sentido, los Canónigos del Sacro–Monte han cultivado siempre la devoción hacia este misterio y, como consecuencia, uno de sus principales pilares ideológicos ha sido la defensa y propagación del mismo. De sus Actas Capitulares se extraen datos que confirman el incesante esfuerzo y los movimientos del Cabildo por conseguir la definición dogmática de la verdad de fe a lo largo de los años.

Juan Sánchez Ocaña
Canónigo del Sacro Monte

LEER ARTÍCULO

The post La Consueta de los Canónigos del Sacro–Monte y la Inmaculada first appeared on Archidiócesis de Granada.

Ver este artículo en la web de la diócesis

Contenido relacionado

Triduo en honor a San Andrés, en la parroquia de calle Elvira

En la iglesia parroquial de San Andrés Apóstol, los días 28...

La educación en Granada, en “El Espejo en Mediodía COPE”

En el programa emitido hoy 28 de noviembre de 2025 en...

Lectio Divina, en Adviento

Con la Pastoral Bíblica de Granada. Con el fin de ayudar...

Enlaces de interés

ODISUR
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.