La Capilla Real sirve de testimonio en la causa de la canonización de Isabel la Católica

Don Manuel Reyes Ruiz, Capellán Mayor de la Capilla Real, dentro del Simposio Internacional sobre “Isabel la Católica y la Evangelización de América” que tuvo lugar la semana pasada en Valladolid, habló sobre el reflejo que tiene la arquitectura de la Capilla Real dentro de la espiritualidad cristiana de la reina Isabel la Católica.

«La capilla nos habla de Isabel. Una serie de detalles nos ofrecen una imagen plástica de su personalidad. La existencia misma en Granada de este enterramiento, su estilo y las notas de la fundación. Los recuerdos personales que ella quiso situar en ella, nos hablan del espíritu de la sierva de Dios. Las claves para interpretar este lenguaje plástico, silencioso pero no mudo, están en su testamento, y en parte en la Carta fundacional de la capilla».

El simposio, que entre otras cosas abordó la cuestión sobre la causa de beatificación de la Reina Isabel, contó con la asistencia del arzobispo de Granda D. Javier Martínez, quien también se refirió a la inspiración a la santidad de la reina como cristiana de su época.

Durante el acto, que contó con la participación de más de 200 personas inscritas, Don Manuel explicó cómo la simbología inscrita en la Capilla Real es un reflejo del espíritu del testamento de la Reina. Un testamento, como dijo el Capellán, que ya de por sí basta «para descubrir su personalidad excepcional y su carácter de mujer piadosísima con una religiosidad clarividente y sincera».

Durante el acto, el Capellán Mayor no dudó en citar el testamento para demostrar cómo la construcción de la Capilla Real es una obra muy personal de la propia Reina Isabel, y por tanto un testimonio de su espíritu de sierva del Señor:

«Quiero y mando, que si falleciere fuera de la ciudad de Granada, ruego, sin detenimiento alguno, lleven mi cuerpo entero como estuviere, a la ciudad de Granada, para que repose en la Capilla Real que yo he mandado hacer, en la Iglesia catedral de Santa María de la O de la ciudad de Granada. Capilla Real que si no estuviere hecha al tiempo de mi fallecimiento mando que se haga de mis bienes. Entre tanto, debe su cuerpo reposar en un monasterio franciscano de Granada. En esta opción poternada, sólo cabe una excepción (…) Si el rey mi Señor eligiese sepultura en otra o cualquier iglesia o monasterio de cualquier otra parte o lugar de estos mis Reinos, en ese caso, mi cuerpo se allí trasladado y sepultado junto al cuerpo de su señoría, porque el ayuntamiento que tuvimos viviendo y que nuestras ánimas espero en la Misericordia de Dios tendrán en el cielo, lo tengan y lo representen, nuestros cuerpos en el suelo».

Ignacio Álvarez
Secretariado de Medios de Comunicación Social
Arzobispado de Granada

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